Capitulo # 1

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*NARRA LA ESCRITORA*

Dolor, eso era lo que se reflejaba en la mirada azulada de una niña de tan solo 10 años mientras miraba como enterraban los cuerpos de sus padres,sintiendo como se le era arrancado una parte de su corazón.

— Niña Sasha venga por favor— Dijo una mujer que por los años sus cabellos fueron teñidos de blanco y su voz había cambiado a una suave y tranquila.

— No—Respondió,su voz teñida de firmeza y seriedad.

—Hermana— En seguida la niña volteo a ver a su hermano mayor quien le regaló un intento de sonrisa— Vamos, por favor.

La pequeña resignada tomo la mano de la mujer que la cuido desde niña y salió de el cementerio dejando a las demás personas ahí.

Una niña de su misma edad miraba como la menor de los Smirnova se iba de ahí,sintiendo un gran pesar.

Sasha Smirnova,Nacida y criada en Russia,moscow Hija de una familia de Mafiosos y hermana menor de Héctor Smirnova, Tuvo lo que siempre quiso, Amor, Dinero y a sus padres vivos, pero eso cambio cuando un 15 de marzo otra mafia desconocida  mato a sus padres dejando a su hermano y a ella en orfandad, que desgracia ¿No?.

Las puertas hicieron eco al ser abiertas por el mayor de los Smirnova, el joven se hizo a un lado para dejar pasar a su hermanita y a su Nana.

Todo era silencio, los sirvientes mantenían la cabeza baja sintiéndose tristes por la muerte de sus amos y por el dolor que los jóvenes reflejaban.

— Kira— llamo el joven, la sirvienta se acercó aún con la cabeza baja.

—Si joven— Solo en ese momento la sirvienta levanto un poco la cabeza viendo el rostro serio del chico, un malestar se instaló en su estómago.

—Prepara la comi....— Su frase quedó al aire cuando su hermana hablo.

— No tengo hambre — Dijo eso y sin voltear a ver a nadie subió las escaleras corriendo hacia su habitación encerrando sé y deslizándose por la puerta hasta terminar en el piso.

Su hermano que se había quedado estático ante la actitud de su hermana salió en dirección a la habitación de su hermana golpeando la puerta.

— Sasha—Siguió golpeando al no tener respuesta de su hermana sintiendo como la desesperación le ganaba.

—Te...te puedes ir por... Favor—Dijo con dificultad gracias al gran esfuerzo que estaba haciendo para aguantarse las inmensas ganas de llorar.

— Sasha—La voz de Héctor estaba teñida de pesar sin embargo  lo que recibió de su hermana fue Silencio— Bien.

Bajo las escaleras decepcionado del resultado que recibió y sintiéndose inconforme.

—¿ y mi niña?— Pregunto la Nana de los dos jóvenes con su rostro  contraído en preocupación.

— Está en su cuarto— Suspiro el joven metiendo sus manos en los bolsillos de su pantalón—Esto le afecto mucho.

— Tu como te sientes mi niño— el joven lo pensó detenidamente por un momento antes de suspirar

—Estoy... Bien—Hector bajo su mirada— Tengo que estar bien para ella.

La noche había caído con rapidez y el mayor de los Smirnova había intentado
convencer a su hermana para que comiera algo sin embargo todo intento fue en vano pues la joven ni siquiera le abrió la puerta.

Después de un rato todo estaba en completa oscuridad, todo estaba en completa tranquilidad sin embargo esa tranquilidad fue interrumpida por un grito que provenía de la menor de los Smirnova.

—¡¡No por favor!!, ¡¡Papá, mamá!!—Su hermano quién oyó los gritos salió corriendo desde su habitación  hasta la de su hermana mientras detrás de él venía su Nana preocupada.

— ¡Sasha despierta!— La niña se despertó con lágrimas en sus ojos y sin pensarlo abrazo a su hermano como si su vida dependiera de ello.

—No me dejes,no me dejes—Su voz era una suplica mientras Repetía una y otra vez con desesperación en su voz.

La Nana quién vio la reacción de la joven decidió dejarlos solos, la tristeza se apoderado de ella al ver a su niña tan destrozada,tan frágil y vulnerable.

— Nunca te dejaré—El chico beso la cabeza de su hermana— Te prometo que haré de ti una gran mujer, te enseñaré todo sobre este mundo y te daré todo el amor que necesites.

La pequeña se acurrucó en los brazos de su hermano sintiéndose segura al lado de la única familia que le quedaba.

Sabiendo que su hermano cumpliría con su promesa sin importar que.

— Gracias—Y con ese pequeño susurro cayó dormida.

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