Capitulo #8

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*NARRA HÉCTOR*

Después del cumpleaños de mi princesa y de habernos quedado un rato en familia decidí que ya era momento de que descansará así que la tome en brazos y la lleve a su habitación cambiandola y acostandola con cuidado.

— Quielo una Mami— Ese pequeño susurro me hizo tensarme otra vez, le di un beso en la frente y me fui a mi habitación a cambiarme, solo podría dormir una hora pero prefería leer la información de la chica.

Cuando entre a mi habitación me quite el saco y me aflojé la corbata antes de sentarme en la orilla de la cama y empezar a leer sin embargo después de un tiempo me di cuenta que esto solo eran datos básicos,nada que pudiera utilizar.

Pero, sus ojos rasgados, su sonrisa burlona, sus labios rosados, su cuerpo y su piel tan blanca, estoy seguro que las marcas de mis manos se verían genial en su piel tan suave y blanca.

Sin poder evitarlo me la imaginé en una posición un tanto caliente.

— Mierda—Suspiré y me incline hacia atrás, Me recriminé el echo de pensar en ella.

Es como las demás mujeres, nada especial, que puede haber de diferencia.... Exacto ¡Nada!,Es una chica cualquiera.

Pero como será su cuerpo si le quitamos la ropa,gruñi en disgusto.

Odio ésto, me levanté y me quite la ropa para poder darme una ducha, abrí la llave y dejé que las gotas de agua cayeran por todo mi cuerpo haciendo que mis muslos se destensaran.

Cuando me pase las manos por la cara para quitar el jabón mi cerebro me hizo una mala jugada y me la termine imaginando a ella tocandome con sus manos, mirándome con esos ojos que desbordan diversión y esos labios que deseo probar.

*NARRA “MEY-YIN”*

En cuanto pude salir de ahí me dispuse a irme a mi cuarto y tomar mi teléfono, busque el contacto de mi hermano y marque cuando lo encontré.

*—¿Aló?—
*— El viejo asqueroso saldrá mañana a Colombia para eliminar al rey de la mafia Rusa, ¡El maldito cambio los planes!.
*— Hijo de puta—Podia jurar que mi hermano estaba rojo del enojo—Bien hoy mismo saldré para Colombia, ésto termina ahora—
*—Bien, Adiós.

Colgué y fui a la oficina del desgraciado ese viendolo sentado en su silla, revisando algunos papeles mientras tenía una cigarro en la boca.

—Bebé— Lo llame y al instantes su mirada se poso en mi.

—Que pasa muñeca—Me tomo de la cintura y me sentó en su regazo,me dieron ganas de vomitar  al sentir como el viejo rabo verde me sentaba encima de su “cosa”.

—toma— Le extendi la tarjeta.

—gracias,Muñeca—Beso mi mano una vez que quitó el cigarro de su boca y lo apagó—, vendrás conmigo mañana, quiero que veas como tú papi elimina el asqueroso Ruso— Le sonreí y bese su mejilla para después levantarme.

—Claro—Le sonreí por última vez antes de irme a mi habitación, una vez dentro me senté en la cama y me puse a pensar en el Ruso, Héctor, que lindo nombre.

Recordé sus manos, sus hermosos ojos y la sonrisa coqueta que tiene.

¡Dios!, Acaso ese hombre es perfecto, Ash como puedo sacarlo de mi mente, mañana lo volveré a ver y creo que ahora estoy en su lista negra.

— genial—Resople y me tire a la cama donde abracé una almohada y por qué estoy tan jodida de la mente me lo imaginé a el, Ay Dios como será estar entre sus brazos, debe ser tan reconfortante.

Debe tener suerte la mujer que esté a su lado, por qué siendo tan guapo dudo mucho que este solo.

Suspiré y Me levanté para poder ponerme la pijama,cuando ya estuve lista
Me tire a la cama e intenté dormirme sin embargo mi mente empezó a conspirar en mi contra y no dejaba de pensar en el.

LAS REINAS DE LA MAFIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora