Era un día jueves, las clases ya habían terminado y todos los alumnos se habían ido a sus casas, los salones estaban vacíos, o bueno, casi todos.
En el salón 5-E se encontraban 2 jóvenes alumnos, uno parado frente al otro.
Ariana: Bien, ¿Para que querías que te viera aquí después de clases? Espero sea importante.
Manuel: Perdón, no te quitaré mucho tiempo, solo quería decirte algo.
Ariana: Adelante, soy todo oídos.
Repentinamente, aquél chico se acercó y tomo ambas manos de la chica mientras la miraba a los ojos.
Manuel: Ariana, ¡Me gustas! ¡Por favor sal conmigo!
El silencio se hizo presente, ninguno soltó una palabra por unos segundos, pero fue entonces que la chica soltó sus manos y lo miró con un poco de enojo.
Ariana: Manuel, no empieces de nuevo, sabes lo que pienso de ti, ¡Eres muy inmaduro! ¡Además tengo novio!
No sería tu novia aunque mi vida dependa de eso.Esas palabras destruyeron al chico, se le quedó mirando.
Ella por otro lado, solo tomó sus cosas y procedió a irse, dejando al chico solo en el salón.
Las lágrimas empezaron a caer, mojando el piso.Con el corazón roto, solo empezó a llorar mientras sujetaba fuertemente su pecho.
La chica de la que estuvo enamorado por mucho tiempo, no solo lo había rechazado, lo había humillado cruelmente.Los minutos pasaron, Manuel salió tarde de la escuela ese día, tenía los ojos rojos debido a las lágrimas, pero aparentaba estar bien para no incomodar a las demás personas.
Mientras caminaba de regreso a casa, escuchó un ruido familiar viniendo de una esquina, se dirigió a ver qué era y fue una sorpresa cuando vió a una chica de cabello azúl arrodillada, soltando unas lágrimas mientras se cubría los ojos.
Notó que ella tenía el mismo uniforme de su escuela, y se dió cuenta de que era una de las chicas del aula 5-CEl sintió algo de preocupación, pues era algo peligroso que una estudiante este tan tarde por las calles.
Lentamente se acercó y preguntó si se encontraba bien.La chica al oír su voz y verlo retrocedió un poco por el miedo a que un desconocido le hablase de la nada.
Manuel: No no tranquila, no soy una mala persona, solo te escuché llorando y me preocupó que estés aquí en ese estado a esta hora.
Chica: No te conozco, ¿Por qué siquiera te preocuparía?
Manuel: Mmm, tienes razón, no nos conocemos.
La chica solo se alejó un poco más, ya no por miedo, sinó por algo de incomodidad.
El chico por otro lado, retrocedió un poco y tomó aire para así decir las siguientes palabras.
Manuel: Aquél que cayó del cielo y fué bendecido con la gracia divina, ¡El que protege la sonrisa de las personas! ¡El hijo de la comedia! Manuel Ayala, para servirle.
El silencio duró unos segundos, el chico se sintió apenado por haber echo todo eso, pero si preocupación se fue cuando escuchó una pequeña y dulce risa proveniente de la chica de cabello azúl.
Chica: Eres gracioso...
Manuel: ¿De verdad? Hoy me dijeron que era algo inmaduro.
Chica: No creo que eso sea malo... - dijo en voz baja pues aún le daba algo de pena hablar con alguien que no conocía -
Manuel: Me alegro de que pienses así, ¿Cómo te llamas por cierto?
La chica dudó por unos segundos, pero con una voz suave volteó a ver al chico y respondió.
Chica: Me llamo Valeria...
Manuel se alegró un poco, pues al menos había logrado calmar a la chica.
Manuel: ¿Que haces por aquí? ¿No es un poco tarde ya?
El se sentó al lado de la chica y está se volteo a ver a otro lado por tal acción.
Manuel: Ah! Lo siento! No debí preguntar, quizá sea muy personal.
Valeria: ... El chico al que me declaré... Acaba de rechazarme...
Manuel La volteó a ver, sentía una mayor compasión pues había experimentado lo mismo hace unos momentos.
Manuel: Que casualidad, hace un rato la chica que me gusta me rechazó también, je.
Valeria volteó a verlo algo impresionada, pues a pesar de haber experimentado lo mismo, el se veía algo más felíz, ¿Por qué?
Valeria: Pero... Tu no pareces triste...
Manuel: Claro que lo estoy, me duele mucho pero, no puedo permitirme llorar cuando alguien más tiene problemas.
Valeria: Pero si tratas de ayudar a otros... ¿Cuando tendrás tiempo para ayudarte a ti mismo?...
Manuel abrió un poco los ojos, ella tenía razón en parte, pero, volvió a calmarse y sonreír un poco mientras miraba el atardecer.
Manuel: Quizá tengas razón, pero, mientras pueda ver a otros felices, creo que puedo ser felíz.
Valeria no lo entendía del todo, pero solo soltó una pequeña risa por el comentario del chico.
Manuel: Bien, ya se hace tarde, será mejor que regrese a casa, tu también hazlo, será más peligroso entre más tiempo pase - se pone de pie -
Valeria: Si... Lo siento por preocuparte hace rato...
Manuel: No te preocupes, son cosas que pasan, pero bien, espero poder verte en otra oportunidad, nos vemos.
Aquél chico empezó su camino a casa, la chica se levantó, y caminó hacia otra dirección con intención de regresar a su hogar también, está experiencia fue rara para ella, pues a pesar de sentirse triste, aquél chico pido animarla un poco.
Para ella aún seguía siendo un desconocido, y un poco raro, pero gracioso, y alguien admirable por soportar fácilmente este tipo de cosas.
Por otro lado...
Manuel seguía caminando a casa, pero unas lágrimas cayeron al suelo, la charla de hace rato lo hizo recordar su reciente experiencia con Ariana y sin darse cuenta, empezó a solar unas lágrimas.
Manuel: La esperanza era lo último que se perdía...
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Fin
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Amores Secretos - la guía de lo que no debes hacer
Teen Fiction¿No les ah pasado que empiezan a sentir algo por una persona especial? A menudo se suele expresar estos sentimientos, otras veces no, pero, ¿Que pasaría si no siempre una declaración termina como se espera? ¿Que sucede después?, ¿Cómo debo hacerlo...