(continuación del capítulo 5)
Era un lunes por la mañana, el inicio de una nueva semana de escuela, lo cual, para la mayoría de alumnos, es un infierno.
En el salón de clases 5-E, en uno de los asientos, se encontraba sentado Jhuleans, quien recientemente se había recuperado de sus heridas y había llegado temprano a la escuela.
Sentado a su lado, se encontraba su mejor amigo, Anthony, quien había llegado temprano también.Anthony: ¿Entonces vas a decirme?
Jhuleans: ¿A qué te refieres?
Anthony: Cuando fuí a dejarle tus tareas del viernes a tu madre, me comentó que habías regresado herido a casa el día anterior.
Jhuleans: Ah eso, no es nada, tranquilo.
Anthony: No creo que a eso se le pueda llamar "nada".
Jhuleans: Solo sucedieron cosas, y por meterme dónde no debía, terminé así.
Anthony: Entiendo, espero y te sientas mejor.
Jhuleans: La verdad aún me duele un poco la espalda, pero viviré.
Anthony: ¿Quieres algo de la tienda para que te sientas mejor?
Jhuleans: Esa bolsa de papas me vendría bien.
Anthony: Ya voy, trata de no hacer algo que te perjudique más.
El más alto de ellos, se levantó de su asiento y se dirigió a la tienda de la escuela, dejando solo al otro.
Jhuleans, quien estaba recostado en su asiento, solo cerró los ojos y se puso a pensar.
¿Valió la pena hacerlo? Aunque me tranquiliza haberla ayudado, realmente estoy pagando las consecuencias de ser un metiche.
Estas palabras resonaron en su cabeza, hasta que un suave golpe en su mesa, hizo que abriera los ojos.
Frente a el, se encontraba una chica de cabello naranja, esto provocó una reacción de sorpresa, provocando que se haga para atrás lastimandose la espalda en el proceso, pero conteniendo el grito de este.
Todo eso se le hizo raro, ¿Que hacía una chica frente a alguien como él? ¿Quizá se habrá equivocado de persona? ¿Querrá solo preguntar algo sobre alguien más?
Cuando se fijó bien, notó que era aquella chica a la que había ayudado anteriormente, esto hizo que se sorprendiera y se quedará sin palabras.
La chica por otro lado, solo seguía frente a el con las manos detrás de su espalda.
Chica: D-disculpa, perdón si te molesto o interrumpo.
Jhuleans: ¡N-no no, para nada!
Chica: B-bueno, soy Ivana, aunque ya me conoces.
Jhuleans: S-si, te eh visto un par de veces hablando con tus amigas aquí en el salón.
Ivana: ¿M-me viste?
Esa pregunta hizo a Jhuleans percatarse de lo que había dicho, pues para el, decirle que la ah estado viendo podría sonar como acoso, lo cual arruinaría su imagen frente a sus demás compañeros.
Jhuleans: ¡No no no! M-me refiero a que te eh visto de casualidad en algunas ocasiones.
Ivana: V-vale...
Ambos se quedaron callados unos segundos, lo cual fué bastante incómodo, así que Jhuleans trató de romper aquel hielo.
Jhuleans: B-bueno, ¿Necesitas algo? ¿Buscas a alguien? ¿Necesitas que llame a otra persona? ¿Quieres preguntar por alguien más? ¿Esperas a alguien que se sienta cerca?
Ivana: ¡No!
Aquél grito se escuchó en todo el aula, haciendo que todos volteaste a ver, dejando completamente avergonzada a la chica, segundos después, todos volvieron a sus cosas, Jhuleans por su parte, estaba realmente nervioso y confundido con toda la situación.
Ivana: Verás yo... Q-quería agradecerte por haberme ayudado la otra vez en el callejón.
La chica extendería con sus manos una pequeña caja algo decorada que escondió detrás de su espalda.
Jhuleans: ¿Eh?
Ivana: M-me salvaste de aquel hombre y de no ser por ti, quizá pudo haberme pasado algo horrible.
Jhuleans: ¡A-ah! Era eso, no te preocupes, no es para tanto.
Ivana: La verdad, es que te agradezco mucho, y para demostrar mi gratitud te hice algunas galletas caseras, no soy muy buena pero, por favor acéptalo.
Parecía algo nerviosa, pues nunca había echo algo parecido, Jhuleans igual de nervioso, recibió aquella pequeña caja y la colocó sobre su mesa.
Era una experiencia rara para el, pues es la primera vez que una mujer que no sea su madre le regala algo, aunque sea como agradecimiento.Jhuleans: B-bueno, la verdad es que estoy muy hambriento, g-gracias, aunque no era necesario.
Ivana: ¿Por qué lo dices?
Jhuleans: Es el deber de uno ayudar a quien lo necesita. (La frase la sacó de un manga)
Jhuleans tardó en darse cuenta de lo que dijo, pues había soltado una frase de un manga accidentalmente, su vergüenza estaba al límite y el miedo por lo que iba a decir la chica lo carcomía.
Ella, por su parte, al oír esas palabras tuvo un leve y casi imperceptible sonrojo, mantenimiento su mirada en aquel chico que solo se cubría la cara por la vergüenza que sentía.
Luego, mostró una cálida sonrisa y sacó de su bolsillo un pequeño papel, dejandolo en la mesa de su compañero de clase.
Ivana: E-este es mi número de teléfono, escríbeme si... Te parece bien, me gustaría conocerte un poco mejor, pareces una persona agradable.
Tras eso, Ivana regresaría a su lugar algo feliz por lo que hizo, Jhuleans por su lado, estaba realmente confundido.
¿Una chica le dejó su número? ¿O querrá que se lo pase a alguien más? Quizá se lo dijo a otra persona y lo malinterpreto, quizá escuchó mal.
Al final, solo tomó aquel pequeño papel y lo guardó en su bolsillo mientras su mirada estaba perdida en aquella cajita que había recibido anteriormente.
Supongo si valió la pena haber hecho lo correcto, fue lo que pensó, para seguido guardar la caja en su mochila y prepararse para el inicio de la primera clase.
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Fin
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Amores Secretos - la guía de lo que no debes hacer
Novela Juvenil¿No les ah pasado que empiezan a sentir algo por una persona especial? A menudo se suele expresar estos sentimientos, otras veces no, pero, ¿Que pasaría si no siempre una declaración termina como se espera? ¿Que sucede después?, ¿Cómo debo hacerlo...