4. Mischief. Travesura.

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4. Mischief. Travesura.

Al instante de haber cortado la llamada, me llegó un mensaje con su ubicación. A simple vista, parecía en mitad de la reserva, aunque una carretera estaba cercana. Malia seguramente había oído todo el intercambio, pero la pelirroja no, por lo que mencioné brevemente lo que Scott me había comentado. 

Desencadenamos a Malia y fuimos hacia el estacionamiento. La coyote guardó sus cadenas en el auto de Lydia. No había otro medio de transporte, salvando mi bicicleta, por lo que deduje que Malia había corrido hasta ahí. Se subió en el auto de Lydia, en el asiento del copiloto. Lydia entró a su carro y encendió el motor. Tomé mi bicicleta y les indiqué que me siguieran hasta el lugar que Scott había enviado.

No era muy lejos, estuvimos en el lugar en alrededor de veinte minutos. Estaba oscuro, pero divisé de todas formas a mi mejor amigo. Se escabulló entre unos árboles y arbustos. Agitaba sus manos para que le veamos. Lydia detuvo su auto a unos metros, dejándolo fuera de la carretera para evitar inconvenientes. Dejé mi bicicleta contra uno de los árboles. Luego, las tres fuimos a reencontrarnos con Scott.

Malia y Scott no requerían de linternas, pues sus ojos sobrenaturales les permitían ver en la oscuridad, pero Lydia y yo sí necesitabamos una fuente de luz externa. Ambas pensamos igual, pues sacamos nuestros celulares y prendimos la opción de linterna de la misma.

—Hola —saludó Scott con naturalidad, como si estuviéramos en el instituto y no en mitad de la reserva a estas horas de la noche. Habló rápidamente de su visita con Deaton, explicó que tenía esta sensación extraña de sentir que una pieza importante faltaba. El veterinario le recomendó dejar que su subconsciente intente darle la respuesta. 

»Entonces, me quedé dormido en casa y desperté hace un rato acá, en el bosque, como a kilómetro y medio —alzó su mano y señaló la dirección. Las tres miramos hacia allá, inútilmente porque no había nada fuera de lugar con esa parte del bosque—. He estado aquí antes —detalló con firmeza, observándonos—. A principios del primer año, en la víspera de las pruebas para el equipo. Lo recuerdo porque en lo único que podía pensar era en eso, en ser titular ese año.

Pude observar que mis amigas fruncían levemente el ceño, claramente sin comprender a dónde iba la historia de Scott. Yo tampoco lo sabía, pero sí recordaba esa noche. Yo estaba en casa dormida, y recuerdo que a la mañana siguiente, él me mostró su herida. Aquella mordida de lobo, recuerdo haberle dicho que era imposible que haya sido un lobo porque en California no habían lobos desde hace 60 años... ¿Eso dije yo? Sí, debí haber sido yo, porque Scott estaba convencido de que era un lobo.

Scott se giró y comenzó a caminar hacia esa zona que nos había indicado. Malia y yo le seguimos detrás, Lydia en medio de nosotras, unos pasos más atrás, iluminando su camino.

—¿Y qué estabas haciendo esa noche? —cuestionó Malia.

Scott se relamió los labios — Buscaba un cadáver.

Alcé las cejas. ¡Es verdad! Me había olvidado de ese detalle. Lydia suspiró sorprendida — Qué mórbido. —dijo con cinismo. 

Scott bufó — Pero, lo que no entiendo es... —se detuvo, pude ver su rostro y notaba como los engranajes de su mente se movían a gran velocidad—. ¿Qué hacía aquí solo? —nos observó a cada una.

Hubo un pequeño silencio, luego Lydia habló: — Quisiera ayudarte pero no te conocía en ese entonces. —respondió con simpleza. Asentí, en esos momentos, ajena a lo sobrenatural, Lydia era la reina del instituto, salía con Jackson y era una persona completamente diferente a la que es hoy. 

Malia alzó sus hombros, expresando su ausencia de respuesta — Yo aún era una coyote. Tal vez intenté comerme el cuerpo. —detalló con una tonalidad que sonaba más como una pregunta que como una afirmación. Miró alrededor y con el ceño algo fruncido, como si estuviera intentando recordar qué hizo aquél día como coyote. 

Forget me not [Teen Wolf]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora