11. La camisa a cuadros

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11. La camisa a cuadros

Me encontré con Lydia a la salida de clases. Le había enviado mensaje, para que me encontrase en la entrada al instituto. La vi con la reliquia de Jake en sus manos, girándola de un lado a otro, como si de repente al hacerlo, ésta dijera otra cosa. Una pista. A veces, sentía que estábamos todo el tiempo así. Esperando una mágica pista. Era lo que, en cierta parte, me ponía algo impaciente e impotente. El no recordar... Me volvía loca. Y sé que a Lydia le debe estar pasando lo mismo. 

Le conté sobre la posible reliquia de Stiles. Sobre esa camisa a cuadros que recordé hace días que no sabía de dónde había salido. Sus ojos se iluminaron, finalmente esa ansiada pista mágica aparecía. Guardó la tarjeta de acceso de Jake y me guió hasta su auto. Me subí en el asiento del copiloto. 

—¿Sabes? —habló mientras conducía con calma, aunque notaba su emoción emanar por sus poros. La entendía por completo, yo también estaba feliz de haber recordado esa camisa y de que fuera la reliquia de Stiles. Alcé mis cejas hacia ella, queriendo que continuase en su comentario—. Sabía que si Stiles había dejado una reliquia, quien debía encontrarla... Eras tú. 

»No quería presionarte. Ni decírtelo directamente, pero sabía que si alguien podía descubrirla, debías ser tú, Sarah.

Fruncí levemente mi ceño — También podrías haberla encontrado tú, Lydia. Tu lado banshee debe sentir esa... Sensación, ¿no? —quise explicarme, aunque sentía que estaba siendo vaga en la misma. 

Lydia apretó los labios levemente — No sé... Es raro. La mayoría de las veces no entiendo lo que mi banshee quiere decirme —rió secamente, casi con tristeza—. Ojalá pudiera entenderme más, sería todo más sencillo.

Fue mi turno de soltar un exaspiro — Te entiendo... —giré mi rostro hacia la ventanilla. Aún faltaban unas cuántas manzanas antes de llegar a casa—. Yo tampoco entiendo por completo a mi hamingja. Muchas veces, con sus sueños raros, no comprendo qué desea decirme... 

—¿Has tenido sueños raros últimamente? 

Moví mi rostro hacia ella. Asentí. Comencé a narrar sobre los Jinetes, sobre cómo parecen perseguirme en sueños, queriendo alcanzarme. Mencioné brevemente el sueño donde me ahogaba, y que al despertar gracias a Scott y Liam, notamos que la amenaza era real. Le aclaré, para evitar que se preocupara, que desde entonces no había ocurrido algo similar de nuevo. Solo malos sueños.

—Además, Scott estuvo unas noches en casa, durmiendo a mi lado. Protegiéndome —continué explicándome. Noté una mirada de reojo de Lydia, pero no analicé la misma—. En fin, que ayer pasó algo similar... Soñé con los Jinetes y le pedí ayuda al Nemeton.

Las cejas de Lydia se alzaron en curiosidad — ¿Qué hizo?

Me relamí los labios — Pues... No estoy muy segura. Me alejó de los Jinetes, sí. Supongo que me protegió en cierta medida... Me llevó a la morgue. 

Lydia giró en una esquina. Ya de lejos podía ver mi casa. Frunció el ceño — ¿La morgue? ¿Y eso?

Alcé mis hombros — Ni idea. Tu banshee y mi hamingja no son las únicas que se comunican mediante mensajes encriptados —sonreí ante mi propia broma boba—. Quise investigar un poco, pero no logré demasiado. Los Jinetes pronto me encontraron otra vez. Y me logré despertar...

La pelirroja estacionó su Toyota frente a casa. Giró la llave y dejó que el motor muriese. Se dejó recostar contra su asiento. Mantuvo su mirada en frente. Aunque no decía nada, notaba como los engranajes de su mente parecían operar. Intentando descifrar una razón o un patrón de todo lo que le acababa de contar. Me quedé pacientemente esperando a ver si ella encontraba esa respuesta que a mí me faltaba.

Forget me not [Teen Wolf]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora