21. Visitamos Canaan

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21. Visitamos Canaan. (No recomiendo)

—¿Viste un carrusel? —preguntó Malia, algo confundida. 

A decir verdad, yo también estaba perdida. Intentaba prestar atención al relato de Lydia, puesto que nos estaba contando sobre una visión o un sueño, o algo por el estilo; ciertamente era un indicio que su lado banshee le había ofrecido. Pero me estaba costando sobremanera concentrarme en ella y lo que decía. Y la razón era porque mi cabeza no paraba de volver al sueño de aquella mañana, cómo me desperté sobresaltada después de lo que vi, lo que vivencié

Realmente no sabía en cuál de todos los detalles del sueño llamaba más mi atención. Si en esa poca información que tenía sobre Canaan; si en cómo Theo (de todas las personas posibles) apareció como mi guía; si en la aparente memoria de él con su hermana en pleno brote psicótico; si en la otra memoria de nosotros pequeños, o si en el hecho que para despertarme clavó sus garras en mí...

Parpadeé y me obligué a prestar atención a mi amiga. El sueño con los Jinetes y Theo estaría ahí para mi posterior análisis.

Desde la aparición de los Jinetes, en general no estaba durmiendo demasiado. Culpo mi poca concentración en mis horas despiertas a ese mal cansancio. No debería costarme demasiado, lamentablemente tengo experiencia con vivir a pocas horas de sueño. Aunque, tener experiencia, no implica que a veces los días se me hagan agotadores y eternos, y que me cueste prestar atención incluso a un simple relato de una amiga.

Tragué con dureza. Me enderecé en mi asiento y miré a mi alrededor. No había nadie en la biblioteca, salvo unas personas en una esquina que parecían estar preparando una presentación oral. Con Malia y Lydia estábamos en una mesa apartada, pero cerca de la puerta. Lydia nos había convocado con un mensaje, pidiéndonos reagruparnos para saber qué hacer sobre Canaan.

Mientras Lydia hablaba con Malia sobre el carrusel, diciendo que además de eso había un gran cartel que decía el nombre del pueblo y demás decoraciones de una festividad, no pude evitar pensar que tal vez deberíamos esperar a Scott para saber qué hacer respecto a esto.

Mi mejor amigo no estaba presente porque se había mantenido firme en su misión de hablar con mi padre. Ya me había mencionado la noche anterior que deseaba poder convencerle sobre Stiles. Esa mañana me había vuelto a ofrecer la oportunidad de acompañarle. Sin embargo, me negué. No sólo quería aún mantener cierta distancia entre mis padres y yo, sino también sentía que no estaba en una postura mental para lidiar con ello.

—Y personas desapareciendo en nubes verdes... —finalizó diciendo Lydia, con una mirada ausente, como si estuviera reviviendo ese desagradable sueño o visión. 

De repente, sentí la mirada fija de Malia en mí. Fruncía el ceño, como si estuviera intentando descifrar algo en mí. Por instinto, mi espalda se enderezó y alejé un poco mi rostro de su mirada de escrutinio.

—¿Qué pasa contigo hoy? —interrogó como suele hacerlo, sin filtro. Lydia parpadeó y me observó de la misma forma, como si fuera un animal exótico de zoológico.

—¿Ocurre algo, Sarah? —consultó ella con un tono más suave.

Me relamí los labios. Me sentí algo expuesta — ¿También soñaste algo así? —dijo entonces Malia, sabiendo leer algunas de mis señales.

—Algo así.

Proseguí a contar mi sueño, solo que... No mencioné a Theo. No supe bien por qué. Tal vez porque me avergonzaba que mi cabeza lo hubiera llamado a él en vez de cualquier otra persona. Luego de todo lo que le hizo a la manada... Lo que me hizo a . Sabía que probablemente Malia ni Lydia me juzgarían por ese detalle, pero de todas formas preferí guardármelo. 

Forget me not [Teen Wolf]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora