⠀⠀⠀⠀✩✩✩ | EPÍLOGO

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—¿Alfa?

Dick lamo en la oscuridad con las mejillas rojas y los labios mojados.

—Estoy justo aquí, Omega —contesto Jason.

Dejando una bandeja con un poco de comida y agua.

Era la segunda noche del celo de Dick. El primer celo juntos como prometidos oficiales. Dick le había contado todo a Jason sobre su último celo y lo mal que lo había pasado varios días antes. Diciéndole con la sinceridad que Dick siempre tenia, que no era necesario que lo pasaran juntos, Jason se negó inmediatamente y se disculpo con él por haber sido un alfa idiota y dejarlo en un momento tan especial, incluso si aun no sabían ambos que estaban enamorados completamente.

Estaban pasado los días encerrados en el cuarto de Dick. Jason se llevo una enorme sorpresa al descubrir el apetito sexual de Dick en celo. Y es que había olvidado lo puritano que parecía cuando se conocieron.

Ahora Dick lo miraba con ojos de deseo y Jason disfrutaba cada momento. El inocente Dick se había escondido esos días y había dejado libre a un Dick mas atrevido y Jason no podía estar más enamorado de su omega.

En la noche del primer celo de Dick, Jason descubrió que su celo se había sincronizado con él. Le había costado demasiado dejarlo solo para ir por un poco de agua y comida, su alfa llamaba a Dick y no pensaba con claridad, pero tenia que ser un alfa responsable.

—Toma un poco de agua, Dickie —le dijo suavemente mientras se acercaba a la cama.

Dick instintivamente se acerco a el y suspiro.

—Te necesito —susurro sobre sus labios intentando montarlo de nuevo.

Jason lo beso tiernamente, su alfa gruño al sentir la entrada de Dick mojada y lista para el.

—Por favor... —soltó quedito Dick.

Jason le mordió el labio y agarro sus caderas deteniéndolo un poco.

—Toma agua cariño —pidió de nuevo mirándolo a los ojos.

Los ojos de Dick brillaron en la oscuridad y asintió mientras tomaba el vaso que Jason le ofrecía. Sin dudar lo agarro con amabas manos y empezó a tomar agua.

Jason se introdujo en Dick justo cuando regresaba el vaso a la mesita de noche. Fue una embestida dura y rápida, Jason soltó un gemido sobre los labios de Dick.

Las caderas de Dick se mecieron sobre su miembro, mientras Jason lo penetraba a un ritmo rápido.

—Te amo tanto —empezó a decir Jason—. Cariño no sabes cuanto quiero morderte y reclamarte. Quiero que seas mío, solo mío.

—Márcame —pidió Dick segundos después—. Alfa, Márcame.

Jason lo beso profundamente. Dick se separo y puso su cuello frente a el. Brillaba por el poco sudor que tenia su omega. Sus colmillos salieron y rasparon un poco la piel, provocando un escalofrío en Dick.

Le beso el cuello, chapándolo un poco. Y justo cuando llegaban a su orgasmo lo mordió. Clavo sus dientes en el cuello de su omega. Dick grito envuelto de sorpresa y placer, el nudo de Jason formándose en su interior.

En medio de todo el placer entendía el porque los alfas mordían a sus omegas. El lazo se sentía mas intimo, mas personal. No podía explicarlo pero juraba que era estar en el mismo cielo. Sintió a Jason por todo su cuerpo y segundos después sintió su lengua sanando la mordida, causándole más placer ante el toque intimo.

Se aferro a su alfa y espero a que el nudo bajara mientras Jason le acariciaba la espalda y seguía besando su marca. Cuando paso todo abrió los ojos lentamente y vio a Jason. Este lo miraba con tanta pasión y amor, como si Dick fuera un dios ante sus ojos.

Jason debió leer sus pensamientos y lo beso tiernamente en los labios.

—Te amo Dick.

Y Dick le creía y sabia que era verdad. Sonrió con los ojos brillantes y le devolvió el beso.

—También te amo Jason.


MESES DESPUÉS

Dick Todd entró en la carpa de los VIPS para la inauguración del campeonato de golf, con la mano de su marido en la cintura.

Aunque su padre había insistido en que esperaran hasta el verano para casarse. Jason y el habían decidido celebrar una ceremonia íntima en primavera, en la casa que tenían en Longpond.

Y la boda había sido todo lo que Dick quería: íntima, encantadora y sin el escándalo que había marcado su primer encuentro con Jason.

Había sido el día más feliz de su vida.

Desde que volvieron de su luna de miel en el Caribe habían vivido en la ciudad de Gotham y aquélla era la primera vez que acudían a un evento como matrimonio.

Una vez en el interior de la carpa, saludaron a Stephanie y Cassandra afectuosamente, Dick sonrió al ver a Valery en brazos de la omega.

Ambas se habían casado el año anterior y parecían muy felices.

—El matrimonio te sienta bien —dijo Stephanie—. Te ves muy feliz.

—Lo mismo digo. Lo que no entiendo es que puedas seguir vistiendo colores pastel con una niña en brazos. ¿Cómo lo haces para no mancharte nunca?

—El truco es la niña. Es tan bonita que nadie se fija en mí.

—¿Puedo? —Dick señaló a Valery.

—Sí, claro.

Cuando tuvo a la niña en brazos, Dick sintió que algo se derretía en su interior. Tenía los profundos ojos marrones de Cassandra y la sonrisa alegre de Stephanie. En resumen, era perfecta.

Después de charlar un rato con ellos. Dick y Jason buscaron un asiento en las gradas para ver el partido. Aparte de que le gustaba mucho el golf, quería estar un rato a solas con su marido.

Ambos se sentaron y cuando Dick se quito las gafas oscuras Jason puso la mano en su cuello, cerca de su marca. Un escalofrío excitante recorrió el cuerpo de Dick ante el roce.

Jason lo notó y beso sus labios tiernamente, para después separarse y besarle una mejilla. Dick sonrió y miro de nuevo al campo.

—¿Te gustaría dar un paseó por el campo cariño?

Jason llamo su atención mientras acariciaba su pierna con su dedo pulgar.

Dick volteo a verlo y vio esa mirada llena de deseo, sus mejilla se pusieron rojas ante esa mirada penetrante. La mirada de un alfa hambriento, deseándolo solo a el.

Negó con las mejillas aun rojas, mordiéndose el labio se paro de su lugar y empezó a caminar. La mano de Jason se posó justo arriba de su cadera jugando con el único botón que sujetaba su pantalón.

Ambos rieron y caminaron hacia el lugar que conocían muy bien. Dick recordó la primera vez que conoció a Jason y lo comparo con el ahora.

Con el poco tiempo que llevaban juntos todas sus dudas sobre Jason se habían esfumado para siempre. Su amor por él ya no le parecía algo frágil o inseguro. Jason era un alfa de palabra y cada día le demostraba cuánto lo quería con pequeños detalles. Y no tan pequeños, pensó, llevándose una mano al abdomen mientras seguían caminando.

No sabía si estaba embarazado porque era demasiado pronto, pero tenía esperanzas y, sobre todo, tenía un alfa que estaría siempre a su lado.

¿Qué más podía pedirle a la vida?

ACCIDENTAL FIANCÉ ── JAYDICKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora