Capítulo 13. Rosa Hybrida.

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Capítulo XIII. Rosa Hybrida.

Asana.

Tras el sueño, Yann se quedó conmigo intentando tranquilizarme para que así pudiera dormir, ya que, ese mismo día, viernes, íbamos a ir a la ciudad, a Castillo Sombrío concretamente.

Íbamos para recoger varios objetos y libros importantes que allí tenían aún. Así como, después de hacerlo, varios de nosotros, aunque Mark optaba porque yo no, íbamos a dirigirnos a la ciudad, a comprar comida y medicinas, vendas y demás objetos para los botiquines de primeros auxilios.

En un principio, mi plan impuesto para este día era que me quedara en la guarida realizando cualquier actividad o incluso que saliera a cazar, claro que, siendo de día, esto lo vi como una broma sarcástica por parte de Mark, quien se oponía a que fuera con ellos. No podía ser otro.

Tras insistirle yo y todos mis hermanos, alegando que estarían encima de mí todo el rato, tanto que ni me dejarían respirar, Mark aceptó que fuera con ellos a Castillo Sombrío. Sin embargo, la idea de que yo fuera uno de los que fueran a la ciudad, no le convencía ni le gustaba. Por supuesto, la rechazaba. Aun así, teníamos toda la mañana para poder insistirle, claro que, si quería, podría ir, no necesitaba su permiso, soy libre de tomar mis propias decisiones, y también responsable para hacerme cargo de ellas, tanto si salen bien como si salen mal.

En cierto modo, entendía que no quisiera que fuera, ya que era arriesgarme a que todo el mundo me viera, lo que conlleva a muchas preguntas de las cuales yo no debía dar explicación, ya que, como poder, sí que podía hacerlo.

La idea para el día era ir a Castillo Sombrío en un par de horas, de madrugada, para que nadie nos viera ni otros licántropos nos acecharan, coger todo lo que necesitaban y lo imprescindible, como varios libros según Mark, volver a la guarida, comer y después, un grupo de no más de tres personas, dirigirnos a la ciudad y comprar todo lo necesario rápidamente y sin llamar la atención, acción que, si iba yo, según alegaba Mark insistentemente, sería imposible de realizar. En ese momento, varios de mis hermanos le decían que podría ir disfrazada, entonces era cuando Mark con más razón alegaba que se fijarían en mí, ya que llama más la atención una persona cubierta hasta arriba, por el morbo de quién será, que una persona descubierta y a la que le puedes ver el rostro e identificar. Ahí llevaba él razón.

No obstante, yo quería ir a la ciudad. Comenzaba a agobiarme salir sólo de la guarida para cazar o pasear en el bosque, actividad que ya ni realizaba sola, ya que Mark lo hacía conmigo tras aquella conversación en el jardín trasero de la casa de mi hermana.

Xiomara, cuanto la echaba de menos. En aquel momento me acordé mucho de ella, pensando que, tal vez, quienes fueran conmigo, me dejarían ir a verla a su casa. Quizá Mark sospechara de esto, así como estaba seguro de que accederían, y por ello insistía tanto en que no fuera.

Reconozco que no debería hacerlo, ir a visitarla, ya que estando allí, a escondidas, no sólo podrían descubrirme, sino que, en el camino a su casa, alguien podría verme y reconocerme, y esto menos que nada me convenía.

Me había estado acordando de Xiomara desde que tuve que dejarla, el mismo día de su boda, pero, hasta ese momento, no había sentido el impulso de estar con ella, abrazarla y besarla, o al menos verla, y era un impulso que quería y pretendía llevar a cabo.

Yann, que era uno de los que más insistían a Mark para que me dejara ir, ya que quizá él mejor que nadie entendiera mi situación, se encontraba a mi derecha, tumbado de lado y acariciándome el pelo para que pudiera dormir. Yo me encontraba boca arriba, con las manos sobre mi estómago, con los ojos cerrados para así poder dormir, pero esta acción distaba mucho de ser realizada.

Werewolf' s Hunter [pausada].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora