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Todavía me encontraba reflexionando sobre lo sucedido anteriormente, la culpa y la agonía que sentía ya me estaba consumiendo lentamente, y los errores del pasado comenzaron a surgir llenando cada uno de mis pensamientos de aquellos recuerdos que creía haber superado.
Aquella chica tan tonta que creía desde niña que el mundo ninguna persona sería capaz de hacerle daño, la ilusión que tenía al saber que iría a una nueva ciudad, nuevo hogar junto a una escuela y que podría conseguir nuevos amigos me ponía contenta, todo siguió así, hasta que fue mi primer día de clases...
— 𝙁𝙡𝙖𝙨𝙝-𝘽𝙖𝙘𝙠 . . .
— 𝙉𝙖𝙧𝙧𝙖𝙙𝙤𝙧 𝙊𝙢𝙣𝙞𝙨𝙘𝙞𝙚𝙣𝙩𝙚 . . .
— Buenos días clase, espero hayan tenido un lindo fin de semana, el día de hoy se nos unirá una nueva estudiante —declaró.
Una niña de diez años entró dejando a la clase sorprendida. Ella desprendía una fuerte esencia de inocencia y pureza, especialmente para los chicos que se quedaron mirándola embobados, lo primero que llamaba la atención era lo inusual que era el color de sus ojos, junto a su hermoso pelo lacio marrón que le llegaba hasta por la mitad de su espalda.
Por otro lado las chicas parecían estar celosas por la belleza de la nueva chica, también porque parecía ser que pronto tendría unos buenos atributos a pesar de su corta edad.
— Un gusto conocerlos, mi nombre es Haru, me mude hace poco debido al trabajo de mi padre, sera un placer estar con ustedes.
Ella se mantuvo sonriendo durante su presentación y al terminar solo mostro su gratitud con una pequeña reverencia, pronto se dirigió a su asiento correspondiente que le indicó la profesora y se sentó con satisfacción al saber que su presentación fue sin duda la mejor que había hecho desde ahora.
Durante casi todas las clases sentía las miradas en ella tanto como la de los chicos y las chicas, ella solo supuso que querían hablar con ella y decirles si aceptarían ser su amiga, pero lo que ella no imaginaba era que estába completamente equivocada...
Llegó el receso, y todos los chicos se acercaron a nuestra protagonista con la intención de saber si tendrían una oportunidad con ella, así que cada uno planeaba algo para llamar su atención preguntando sus gustos o pasatiempos, en cambio, Haru se sentía sofocada al estar rodeada por ellos, pero ella solo respondió a cada unas de sus preguntas siendo gentil y paciente, mostrando una sonrisa.
Cuando los chicos ya no tenían nada más que decir, ahora seria el turno de las chicas que se acercaron con no muy buena cara. Primero se acercó la que parecía ser la líder del grupo, las demás se quedaron atrás esperando órdenes.
— ¿No te cansas en coquetear con los chicos? —dijo molesta.
