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Al rato cuando ya me estába aburriendo en esperar a esos dos, Ruri apareció y me quedé sorprendida al ver que Senku no estaba con ella. Así que me acerqué a ella para preguntarle el porque no estaban juntos.
— El se quedó un poco más, necesitaba un tiempo a solas... —al ver su mirada toda deprimida no supe nada más que decir, así que deje que se fuera junto a su familia.
¿Qué es lo que habrán hablado para que actúe así?
No sabía que pensar, pero al como obligaban a Gen para que bebiera alcohol dejé de pensar en eso y veía aquella escena burlándome del mentalista.
— ¡No, solo bebo cola! no podría hablar sobre negocios si me embriagase, ahora que la aldea está más unida que nunca, tengo un mensaje —expresó tratando de quitarse de encima a esos chicos.
No se en qué momento paso Senku a mi lado, pero el ya se encontraba hablando con Gen.
— Sí, escuchémoslo, mentalista, ¿qué paso en el Imperio de Tsukasa? —preguntó.
— ¡Van a venir! —sus gestos demostraban que tenía miedo— ¡Tsukasa y su ejército!
Al oír a Gen todos los qué conocían del tema reaccionaron igual de perplejos, yo solo me culpaba a mí misma porque ya me había olvidado de Tsukasa y su ejército.
— ¿Vienen más hombres tan fuertes como él? —preguntó Kohaku preocupada.
— Eso creo, —dijo mientras encogió los hombros— revivió a mucha gente.
— ¡Ku, ku, ku! llegamos a una guerra entre los reinos de la ciencia y de la fuerza, por fin, es hora de mostrar el poder del reino científico, que emocionante —su rostro se adornó con su típica sonrisa malévola, pero con determinación en su mirar.
Creo ya me acostumbre a sus extrañas reacciones, a veces me pregunto porque es tan positivo en situaciones así...
— Pero Tsukasa no es el único que dará problemas, si vienen Tsukasa o él, sinceramente, tendremos que huír, el que revivió hace unos meses se llama Hyoga —decía Gen inquietante— le dije que iría como espía para despejar el camino y vine primero, pero solo puedo ganar tiempo...
Por unos segundos todos se quedaron pensando, era obvio porque en verdad estamos en peligro, pero ese tiempo se acabo cuando escuchamos gritos que venían del puente.
— ¡Oigan! ¡hay problemas! ¡enemigos! —grito Ginro con miedo reflejado por toda su cara y todos se levantaron de inmediato para ir corriendo a la entrada del puente.
Cuando ya estábamos por llegar al otro puente, en el camino Gen habló preocupado.
— ¡Esto es malo! ¡el que pelea contra Kinro es Hyoga! —se mantenía en compostura para no perder la respiración.
