Jungkook se equivocó de instituto, terminando en un internado en alguna parte de Europa con los herederos de las familias más poderosas y ricas del mundo
No tiene idea de cómo llegó ahí, no sabe nada acerca de Polemos y los sucesos que se dan en ese...
Era Sabado, Stefan y él, tenían planeado pasar la tarde juntos, pero algunos torneos internos del castaño se los impidieron, alegando que tendrían un partido y debían darlo todo, Yoongi era el capitán de su equipo y Stefan decía que no había persona más exigente y molesta que él, cosa que a Jungkook le resultó extraña, pues apenas ha escuchado su voz, normalmente parece cansado y pareciera que solo come con él por Jimin, pues no es como que le dirija la palabra siempre, es ocasional, aunque tampoco es grosero.
Al final Jimin y él terminaron sentándose con Jungkook, entonces el grupo había crecido a ser cuatro. Abril había terminado, no pudo desear cumpleaños a su hermano porque las llamadas del instituto costaban mil euros y eso no venía incluido en su beca. Mayo también pasó y sintió que se le partió el alma por no poder felicitar a su madre por el día de las madres. Se encontraban a mediados de Junio y su estómago se retorcía al saber lo que se acercaba.
— Lo siento Kook, pero ambos sabemos que no queremos volver a ese lugar — habló Stefan, ambos habían platicado acerca de eso, pero ninguno quiso tomar iniciativa de abordarlo
— ¿Qué podemos hacer? No tengo el dinero suficiente como para irme de aquí, no puedo irme, pero tampoco quiero morir
— Kook yo puedo intentar protegerte, pero viendo como fueron las cosas no creo que ninguno de nosotros podamos hacer algo contra lo que pasa, no somos nadie, lo mejor será irnos. Yo podría pagar tu boleto hacia México, podría incluso entrar contigo a otro lugar — los ojos de Jungkook brillaron al escucharlo, Stefan podría darle la oportunidad de irse y no perderlo. Jungkook de verdad quería a Stefan, aunque extrañaría a Jimin.
— B-bien, ¿dónde podemos darnos de baja? — y Stefan sonrió, no se separaría de Jungkook. Ambos estaban en la biblioteca estudiando, pero debían apurarse, porque el segundo día polemos se acercaba.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Había quedado de verse con Stefan, estaban en semana de evaluaciones, faltando una semana para el tan horrible día, parado en las oficinas del instituto ahí estaba, se encontraba sentado cuando vio pasar a su agresor, sin saber por qué se encontraba nervioso, este no lo vio, sin embargo, se detuvo a su lado, y entonces volteó, Jungkook miraba hacia el frente, pero por el rabillo del ojo podía ver perfectamente de quien se trataba.
— Yo sé que me ves — habló su agresor haciendo que por fin lo mirara — ¿qué haces aquí? — preguntó , Jungkook sentía su corazón latir al mil por hora
— v-vengo a control — el más alto levantó una ceja
— ¿por qué? — Jungkook quería contestarle que qué le importaba, lo hubiera hecho de no ser porque le tenía miedo.
— Estoy pensando en darme de baja — contestó luego de un rato — lo haré con un amigo, este lugar no es para mí.
— ¿Piensas eso? Yo digo que sí que lo es
— No me conoces — dijo con rapidez
— No, no te conozco, pero sé que este lugar es para ti, no sé si lo sea para tu amigo, pero para ti sí — y dicho esto entró, dejando al castaño solo.
En el camino Kim Taehyung se topó con una persona que tanto conocía, recargada en un escritorio viendo por la ventana a cierto pelinegro moviendo constantemente la pierna debido al aburrimiento
— Iris Bettencourt, qué hace una mujer como tú aquí teniendo tantos asuntos por resolver — la mencionada sonrió, con el cabello platinado y los ojos azules, un azul tan claro que podías reflejarte en ellos, su mirada era penetrante y te hacía querer correr la mirada, cosa que no pasaba ante el pelinegro frente a ella, pues no se sentía intimidado.
— Kim Taehyung, me cuestiono exactamente lo mismo por ti
— Vengo a hacer una denuncia contra SeokJin — la rubia sonrió
— Ese niño solo se mete en problemas, pero es astuto. Mi pregunta es, ¿por qué no quejarte directamente con Olofsson? Sabes que él es mejor opción.
— Porque lo que quiero es darle un mejor escarmiento, si me quejo ante control y la queja llega al director de Polemos, será un golpe en su ego porque no lo consulté antes con él — ambos se mantuvieron callados, solo se escuchaba el sonido de las computadoras de todos los empleados, entonces la mirada de la chica cayó de nuevo en Jungkook, quien seguía exactamente igual. Taehyung estaba por irse cuando ella lo detuvo al hablar.
— Lleva media hora afuera, solo esperando — el chico lo miró también
— Quiere irse, planea darse de baja — mencionó, sus miradas seguían en él
— Material desperdiciado — alegó Iris tomando una paleta escondida dentro de los bolsillos de su falda
— Bueno, no sé si sea alguien especial, pero tampoco creo que no tenga las agallas para sobrevivir aquí
— Lo dices como si lo conocieras, y hasta donde yo sé no hablas con simples mortales
— Supongo que no es un simple mortal como pensamos
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Stefan ya había tardado demasiado. Su agresor salió como si nada, importándole muy poco aquel chico con el que había hablado con anterioridad. Siguió esperando otro poco más hasta que lo divisó a lo lejos, corriendo sudado y con la respiración agitada.
— Lo lamento, no quise tardarme, pero Yoongi quiso que practicáramos su estrategia más — Jungkook negó
— no hay problema, llegaste — el castaño sonrió asintiendo. Ambos caminaron deteniéndose al ver un cartel anunciando un
"Cerrado hasta nuevo aviso"
— No estaba cerrado, acabo de ver a...
— Nunca está cerrado, escuché el rumor de que incluso en las peores situaciones, las personas aquí nunca dejan de trabajar — miró a Jungkook — ¿crees que no quieran que nos vayamos?
— No tiene sentido, somos nada a comparación de otros y aunque así fuera, nadie sabía que queríamos irnos — y las palabras quedaron atoradas en su garganta al recordar. Su agresor no tenía motivos para quererlo ahí, pero era el único que sabía
— vendremos después, todos los días si es necesario