Capitulo 5.

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Narrador omnisciente.

-Por qué te refieres así a Lucía?- pregunto Marcia llena de rabia.

-Vamos ahora sé dónde puede estar- le dijo el empresario mirándola con algo de dolor.

Rafael solo miraba a la pareja sin entender absolutamente nada, solo podía ver en sus ojos que estaban batiéndose a un duelo que al parecer no tenía ni una pizca de querer acabar.

-Hijo, quédate aquí- lo palmeó en la espalda para luego hablarle a sus hermanas- Necesito que estén pendientes por si Hugo aparece. Marquenle a Omar, se los pido- imploro tomando la mano de su mujer.

Ambos caminaron a prisa hasta el auto que se encontraba estacionado en la puerta de la Mansión. La pelirroja se soltó de su agarre intentando que bajara la furia que llevaba dentro y se quedó estática sin que él se percatara hasta voltearse.

-¿Qué sucede? ¿Por qué te detienes?- le reclamó acercándose. Logró divisar que sus ojos se comenzaban a llenar de lágrimas- Marcia…

-Esto es mi culpa. No debí presionarte para que nos casáramos, ahora ellos están Dios sabe dónde corriendo peligro- se secó las mejillas rápidamente y miró hacia atrás para que nadie los escuchara.

-Oye- la tomó de los codos para acercarla a él- Mírame. Ellos están bien, solo es uno de los tantos berrinches que nuestros hijos están acostumbrados a hacer cuando las cosas no salen a su favor. Lo harían contigo o con Paula, pero ahora necesito que te calmes y le marques a Álvaro.

-¿Álvaro?- preguntó buscando torpemente en su bolsa el móvil- ¿El muchacho que contrate para ser mi asistente?- Esteban asiente.

-Sí. Al parecer él y Lucía tienen un amorío- dijo con celos hacia su hija.

-¿Cómo así?

-Rafael me acaba de decir que se la ha pasado en su apartamento evadiendo las clases de Filosofía. Lucia está demasiado rebelde.

-Yo… no sabía Esteban. 

-No tenias por que- le acaricio la mejilla sin pensarlo y eso causó un fuego en su interior- no perdamos más tiempo y háblale.

La abogada busca entre sus contactos el número del joven algo abatida y estresada, no quería que su hija estuviera corriendo algún riesgo en manos de un hombre mucho mayor que ella y quien sabe con qué intenciones.

Marcó y lo colocó en su oído. La mano le temblaba y no quería mostrarse tan débil ante el hombre que tenía enfrente, pero una jugada la sacó de sus pensamientos para volver al presente; el la volvió a acariciar y en un tono en el que solo ella escucharía le dijo: "Tranquila, todo estará bien" 

-¿Marisa?- pregunto la voz masculina del otro lado.

-Álvaro, quiero que me escuches muy bien- le dijo ante la atenta mirada de su esposo- ¿Lucía está contigo? Y antes de que conteste quiero que me digas la verdad.

-Hijoles, usted me pone en un compromiso muy grande, pero sí- el muchacho se calló por unos segundos al parecer se movía a otro sitio- Ella está conmigo, pero le ruego que no se presente aquí porque se pondrá peor de lo que ya está. No se preocupe patrona...

-Tú no eres quien para decirme que no me preocupe por mi h… Lucia- cerró los ojos y tomó una gran bocanada de aire- envíame la ubicación que enseguida voy con mi marido.

-Esta bien- dijo en tono de derrota.

Cuando colgó la llamada solo se limitó a ver su mano y la del moreno entrelazadas. 

Cadenas de amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora