Capítulo 7.

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Pov Marcia.

-Corazón, tranquila- intentaba sonar convincente aunque me estaba muriendo por dentro- Hugo es un joven fuerte y saldrá de esta.

-No quiero perderlo- me suelta un poco para mirarme- señora Marisa, él es todo para mi, al igual que Rafa. 

-Lo sé- le sonrió acariciando levemente su rostro- He visto cómo se protegen y el amor que se tienen. 

-¿Por qué la vida se ensaña conmigo? Perdí a mamá y no tengo un solo recuerdo de ella más que la foto que se encuentra en la sala-sonríe con amargura- Hugo tiene que vivir, es el único que comprende mi dolor y conoce todo de mi.

-Disculpen, pero ya no puedo dejarlas permanecer aquí- dice la enfermera.

-Un momento más- le pido.

-Señora, por favor.

-Lucia- acaricio su rostro con ambas manos- tienes que ser fuerte por él, no estarás sola, es una promesa.

-Gracias- susurra encaminandose a la salida dejándome sola allí.

Cuando vuelvo a la sala de espera, encuentro a Esteban e Inés sentados. Mi ahora cuñada llevaba consigo un pañuelo en una mano y con la otra sostenía la de él.

-¿Dónde están Lucía y Rafael?- pregunto mientras los dos me observan.

-Están en la cafetería- dice la castaña- Mi Luci volvió muy afectada y su hermano la acompañó a tomar un té. 

-Inés me dejas un momento a solas con mi marido, por favor.

-Claro, con permiso- dice.

-Propio- responde él parándose- ¿Qué sucedió? 

-Ella está destrozada, Esteban. Mi hija lleva tanto dolor dentro- intento que mi voz no se quiebre, pero es imposible- no puedo soportar verla así.

-Marcia- susurra para abrazarme con delicadeza- Él se pondrá bien, debemos confiar. 

-¿Y si todo sale mal?- un sensación extraña me recorre el cuerpo- No voy a perdonarme esto jamás.

-Mírame- me toma del mentón- Nuestro hijo va a salir de esto. Deja de echarte la culpa,basta de atormentarte. 

-¿Cómo pretendes que no lo haga si estamos a punto de perderlo? No puedo, me duele el alma.

-Deja salir eso que guardas, aquí estoy yo para cuidarte.

No se si el momento por el que estamos atravesando, o que pero por primera vez en veinte largos años, me siento en casa, solo por un breve instante. Sus brazos aferrándose a mi, sus caricias y su beso en la frente, me hacen pensar que todo estará bien.

-Será mejor que vayas a la casa y te relajes un poco- me dice mientras me suelta y toma una botella de agua para entregarmela- bebe,  te hará bien.

-Gracias- agradezco su gesto, no he parado de llorar- No me voy a mover de aquí.

-Necesitas estar relajada. Tómate una ducha, ponte algo más cómodo y le pediré a Enrique que esté al pendiente para traerte de vuelta. 

-No creo que sea necesario- tomó asiento y me mareo.

-¿Estás bien?- logra agarrarme del brazo debido a mi inestabilidad corporal- Marcia ¿Qué tienes?

-Tranquilo- me ayuda a acomodarme mejor- solo fue un mareo. De seguro es por toda la situación.

-Con más razón debes ir a descansar. Por favor, Hugo necesita a su madre fuerte- un escalofrío me atraviesa el alma y me hace volver completamente en sí.

Cadenas de amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora