Pov Marcia Cisneros.-Buenos días Esperanza- la muchacha se da vuelta sorprendida al verme despierta tan temprano.
-Señora ¿Gusta que le prepare su desayuno?- se acerca rápidamente.
-No te preocupes que voy de salida. Tengo asuntos que resolver en la empresa.
Tomo las llaves de mi coche y camino con prisa a la puerta mientras escucho unos pasos en la escalera y sabía muy bien de quién eran. Logró salir y montarme al vehículo. El corazón me latía con demasiada fuerza intentando salirse del pecho.
¡Ya basta!
Mientras manejaba recuerdos muy patentes de la noche anterior se venían a mi cabeza:
-Mi vida, me devolviste a mi hogar.
Una de las tantas frases que fueron testigo de todo lo que aconteció esa noche. Las lágrimas no tardaron en aparecer y la culpa tampoco fue una excepción.
-¿Qué diablos hiciste Marcia?- me recrimine golpeando el manubrio.
Definitivamente me había dejado llevar por el deseo y la pasión que aún seguían latentes entre nosotros;no era otra cosa, definitivamente no. Mi misión allí no era volver a estar junto a él, sino recuperar a mis hijos…
La carne es débil y debía culpar a ese bendito whisky capaz de hacerme desvariar. Las llamadas a mi móvil se hicieron presente, para luego darle paso a la pantalla del auto "Esteban". No pensaba contestar, era más fuerte el orgullo que llevaba que las ganas de afrontar las cosas como debían ser.
Cuando llegué al estacionamiento de la empresa respire lo más profundo que pude para tomar coraje y afrontar el día (quiza el más largo de todos), pero otra vez debía poner cabeza fría para corresponder a una llamada:
-¿Bueno?
-Marcia, perdón que te marque tan temprano, pero conseguí algunas pruebas que le gustaría que veas- dijo Iñaki del otro lado.
-Acabo de llegar a la empresa ¿Te molestaría venir para acá? Tengo que enviarle algunos informes a Gaspar para un evento.
-Claro. En un rato estaré por allí.
-Te espero.
Unos cuantos minutos después estaba enfrascada en la laptop completando planillas, ni siquiera tenia idea del tiempo que habia permanecido alli. El silencio sepulcral me estaba matando, el estómago se me revolvía y la angustia tampoco ayudaba.
¿Cómo se supera la partida de un hijo?
Había demasiados culpables en esta historia y Esteban era uno de ellos. Sus socios y Lucrecia contribuían poderosamente a todo, sin hablar de Antonio Gil quien mintió en el juicio para inculparme por la muerte de Nicolás.
Cada día me encontraba más destruida. Se hacía eterno el momento de poder decirle a Lucía que yo era su verdadera madre y poder comprobar mi inocencia delante de toda esa bola de mentirosos, hipócritas y canallas.
Un nudo se me hizo en la garganta al recordar a Hugo regalándome su último suspiro y juraba por él y mi niña que todo saldría a la luz:
-Tía ¿Qué haces aquí?- Alba me observa- ¿Qué sucede?- se aproxima a mi lado.
-Todo está bien- secó rápidamente mi rostro con el dorso de mi mano.
-No mientas. Te conozco demasiado bien.
-Anoche cometí una estupidez- suspiro con pesadez- Me acosté con Esteban.
-Pero no te culpes por eso. Marcia lo sigues queriendo y lo hemos hablado un montón de veces. Sé que es muy difícil todo, conozco tu historia y estoy de acuerdo con la búsqueda del culpable porque te jodieron la vida, pero no puedes negarte a ti misma lo que sientes.
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Cadenas de amor.
RomanceCadenas... una de las tantas cosas que siempre los iban a mantener unidos.