☙ 8

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-Nicolás-

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-Nicolás-

No pensé en que el tiempo iba a pasar tan rápido. Me rompí el bocho toda la noche y hoy a la mañana intentando encontrar una excusa para que se quede.

Sabia que tenía que trabajar el lunes pero decirle que no vaya y se quede podia hacerle acordar de las discusiones que teniamos antes por su trabajo.

Yo ya era consciente de que lo que ella hacía, era lo que amaba y no podía seguir recriminandole que no se quedara, cuando era ella la que siempre venía a verme.

Casi tres años y ahora, era exactamente la misma situación. Solo que ahora estaba un poco más cerca.

Me subi al auto para ir a buscarla y deje su regalo en el asiento de atrás. Se lo habia comprado y llevado el dia de su cumpleaños, pero aunque estaba ahi en el bar sin que ella sepa, senti que estaba pasandome un poco y no entendiendo los límites que ella había puesto. Por eso esa misma noche me volvi a Portugal.

Linda me había dicho que era lo que iba a hacer el día de su cumpleaños y se me había ocurrido aparecer de sorpresa así que fuí.

La vi ser tan libre, tan felíz a comparación de la última vez que la habia visto que me quede solo para poder apreciarla a lo lejos, porque no tenía los huevos de acercarme.

Cada vez que algún wachin se le pegaba a decirle algo sentía que estaba cada vez mas cerca de hacerlos mierda, pero me contuve por ella.

-Tres dias antes de su cumpleaños-

¿Linda vos decís que es una buena idea?- le pregunte mientras hacia videollamada con el Papu contandole cual habia sido mi idea.

Para nada, me parece una malisima idea, pero vas a hacer lo que quieras.- dice mientras el Papu asiente. El hijo de puta nunca iba a estar de mi lado si se trataba de su mujer. Pollera.

No la cagues amigo, anda haciendo las cosas bien y despacio. La vas a asustar, Sara se va a enojar y te va a mandar a la mierda, no seria ni la primera ni la ultima vez que lo hace.- me da un sermon como si fuera mi viejo este pelotudo.

Este era el momento que tenias que estar de mi lado, gil.- le digo riendome un poco, aunque estaba demasiado nervioso.

La conversación termina ahí luego de que ya estaba decidido que iba a ir, pero lo que no sabia era que iba a hacer.

-Actualidad-

A penas llego, bajo de mi auto a ayudarla con su bolso. Me da las gracias como si no fuera capaz de hacer cualquier cosa por ella.

El camino hacia el café estuvo silencioso, nose si porque no habia mucho para hablar o porque ninguno de los dos quería tocar el tema de su partida.

DI MI NOMBRE - Nicolas OtamendiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora