49

441 25 2
                                    

Se que tú y yo en un principio no nos llevamos muy bien pero ¿Podríamos empezar desde Cero?.

A la mañana siguiente fue todo un teatro cuándo el mexicano abrió los ojos gracias a los rayos del sol, miro a su lado y el estadounidense no estaba ¿Se había ido?. No fue así.

Para mala noticia el mexicano, un poco preocupado se levantó de la cama y comenzó a buscar a su esposo. ¿Dónde estaría?.

La respuesta fue clara, cuándo llegó a la sala.

Fue repugnante verlo así, su esposo estaba herido e inconciente en la sala, alguien le había disparado.
Está inconciente en el suelo, había derramando ya algo de sangre.

El mexicano alarmado se acercó.

“¡N-no no No Noo! ¡¿Quien te hizo esto!? Dijo con lágrimas en los ojos mientras, levantaba del suelo al estadounidense.

El estadounidense rocio sangre débilmente, abrió un poco los ojos. “M-mexico... don't worry"... “Ah-gh tienes que irte, déjame aquí".

"¡NO por supuesto qué no te dejare aqui! ¡Fue el idiota de Rusia quien te hizo esto!”.

“S-si... P-pero no lo molestes... N-no quiero qué te haga daño..."

“¡Ese carbón me va a escuchar!".

El mexicano cabreado fue en busca de Rusia, lo busco dentro de la casa, pero no estaba, lo buscó al rededor de la casa, ya qué está se ubicaba en un bosque. Fue ahí cuándo lo vio, sentado en una banca cómo si estuviera tan tranquilo.

El mexicano se acercó silenciosa y sigilosamente cómo si se tratara de una serpiente y su presa. Inmediatamente comenzó atacar a su víctima. El sólo comenzó a reírse a carcajadas, mientras recibía golpes en la cara.

El mexicano lo golpeaba agresivamente, desconsolado, furioso y triste, cada golpe hacia qué el ruso se riera de ambos países. Se burlaba orgulloso y desquiciado.

Lo golpeó tanto en la cara qué dejo fuertes marcas, moretes y abriduras en su rostro, no fue suficiente para hacerle entender lo enojado qué estaba.

De igual forma lo agredió en todo el cuerpo, lo pateo, araño y mordió hasta poder desangarlo de cualquier forma no importaba si eran heridas grandes o pequeñas.

El ruso no ponía resistencia y se dejaba tocar gracias a su locura.

“Sabes cada golpe me hace entender lo enojado qué estás, pero me da la satisfacción de saber lo enojado qué estás si tú esposo muere el día de hoy". Dijo el ruso.

Eso hizo qué el Mexicano perdiste la paciencia, cómo último detalle tomo la pistola del ruso, el orgullosamente dijo “Adelante disparara".

El mexicano tenía ganas de dispararle jadeaba de cansancio, tenía machas de sangre por todo el cuerpo, sus manos había quedado con marcas.

“No pienso hacerlo, sabes por qué... No soy un asesino cómo tú... Se qué el morir te dará la tranquilidad qué tanto buscas para calmar tus celos y rabia, haría algo mucho mejor".

El mexicano dio un disparo en el hombro de su acosador, el se quejó, pero aún así seguía burlándose de la situación, tanto cómo el mexicano estaba cabreado, tenía celos del gringo y su buena suerte qué al final todo haya resultado bien.

Otro disparo no fue suficiente, su hombro y cintura habían sido perforados por otras balas, dolía pero aún así no se rendía apesar de ser fuerte, aguantaba el dolor.

“¡Bien tengo la culpa, es un pecado amarte!”.

“oh no por supuesto qué usted no me ama, tiene tantos juguetes por elegir y utilizar".

ᴜsᴀᴍᴇx (ᴅᴀʀᴇ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora