Tres amigos jugaban a Mystic Messenger en una fiesta de pijamas, sin saber que al día siguiente despertarían siendo parte del juego.
(🎮) Este fanfic incluye 3 personajes adicionales a los del videojuego 'Mystic Messenger'.
(👾) La historia es origi...
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Llevaba dos días sin ver a Ray, de hecho, sin ver a nadie más que a un guardia que le traía la comida a la habitación. Aún así, no se aburrió ni lo más mínimo. Pensó en mil y una formas de escapar de allí con Ray, en cómo convencerlo y en cómo llevar a cabo la misión sin ser descubiertos.
No sabía cuál de las dos partes le iba a resultar más sencilla.
Probablemente la primera, ya que pensaba que no volvería a ver a Ray en mucho tiempo, y ya sería demasiado tarde.
Para su sorpresa, el chico apareció aquella misma tarde junto a la Salvadora.
—¡Buenos días, Hayoon! Te he traído a tu amiguito. Ray estaba confuso con tu llegada y con el hecho de que no hubiese información tuya en ninguna parte. Me encantaría que me hablases sobre ese mundo del cual dices que vienes, pero lamentablemente no tengo tiempo. Estoy muy ocupada preparando algo muy especial, una ceremonia, ¿te imaginas qué puede ser?
La chica no respondió.
—No estás muy parlanchina hoy, ¿siempre ha sido así de callada?—le preguntó a Ray, quien lucía una sonrisa siniestra.
—No, mi florecilla está particularmente silenciosa hoy—dijo, acercándose mucho a ella y repasando su mandíbula con el dedo hasta llegar a la barbilla. La empujó suavemente hacia arriba hasta que sus ojos se encontraron.
No se parecían a los ojos con los que se había encontrado la primera vez, y mucho menos a los que vio por última vez. Ray estaba más desquiciado que nunca.
—¿Qué le has hecho?—preguntó la chica a Rika.
—Ella no ha hecho nada, solo me ha hecho darme cuenta de que eres un grave error en mi vida. Pero me deja usarte como mi juguete, podré hacer lo que quiera contigo, serás mi esclava para siempre—dijo, finalizando con una risa siniestra.
Hayoon se estremeció y retrocedió, alegrando al muchacho.
—Eres tan adorable cuando estás indefensa... ¡Y pensar que tú querías eso para mí!
—Rika, no tengo claro qué es todo esto ni cuál es tu finalidad. Tampoco quiero saberlo. Lo único que quiero saber es ¿por qué a Ray? ¿Por qué estás obsesionada con destrozar su vida y usarlo como tu marioneta?
—Para que no sufra el mismo dolor que yo sufrí.
—¿Acaso no te das cuenta de que eres tú la que más daño le está haciendo?
—¡Ni se te ocurra hablarme así otra vez! ¡Ray, llévala a la sala de ceremonias! ¡Ya! ¡Guardias, reunid a todos los miembros de Mint Eye...!
Su voz se desvanecía conforme avanzaba por el pasillo tras abandonar la habitación.
Era su última oportunidad.
—Ray, escúchame, aún podemos escapar y ser felices tú y yo...
—¡Seremos más felices aquí una vez te hayan dado tu primera dosis! Ya puedo imaginarte siguiéndome a todas partes, cumpliendo todas mis normas...
—¿Es que acaso ya no me quieres?
—¿Qué te hace pensar que alguna vez te quise?
Hayoon no supo qué responder.
—No estoy segura de eso, de lo que sí estoy segura es que yo sí te quiero, mucho, y quiero lo mejor para ti. Por favor, déjame ayudarte.
—¡Tú no puedes ayudarme! ¡No sabes lo que me conviene ni lo que necesito!—dijo, mientras comenzaba a salir de sus casillas.
La chica sentía que en cualquier momento la mataría, pero no podía detenerse ahora.
—¿Qué es lo que quieres, Saeran?
—¡Quiero quedarme aquí, servir a mi Salvadora y que tú me sirvas a mí!
—Eso es lo que Ray quiere, he preguntado qué es lo que quiere Saeran.
Los ojos del chico se movían hacia todos los lados, intentando pensar en una respuesta lo más rápido posible. A su mente recurrían miles de recuerdos de su infancia, algo difuminados; y recuerdos de los pocos días que pasó con Hayoon, bastante más nítidos. En el fondo sabía que nunca había sido más feliz en su vida que desde que conoció a la chica.
Ella, que observaba curiosa la escena mientras intentaba descifrar lo que el chico pensaba, se abalanzó sobre él y le besó, deseando que entrase en razón.
