ways to get with you | alhaitham & kaveh.

04 ★

luego de leer la carta la dejó sobre su escritorio con una sonrisa alegre. Hori ha sido una de sus mejores amigas en toda su vida, y con quién perdió el contacto continuo desde que se fue a inazuma para seguir con sus sueños, pero ahora estaba de vuelta en sumeru y nada lo hacía más feliz.

Pensó en la oferta planteada y aunque dudaba de adentrarse en el mundo del maquillaje y modelaje, haría lo que sea si eso ayudaba a su amiga de la infancia. Miró la carta una vez mas para confirmar para terminar con su debate interno aceptando la oportunidad, además esos nuevos pigmentos y fragmentos le llamaban la atención. mañana iría a ver a Hori, por lo que se arregló las ropas y se metio al baño para limpiarse el rostro y ordenar su cabello, ya era hora de cenar y le tocaba cocinar.

Salió del baño presentable y caminó hasta llegar a la cocina en donde se encontró con Alhaitham sentado en la mesa del comedor, leyendo, como siempre. Se adentró a la cocina mientras buscaba en sus muñecas algo para atarse el cabello, extrañado de no encontrarla.

-'haitham, ¿haz visto mi liga para el cabello? hace mucho calor para cocinar así...-habló desde la cocina, Kaveh no le veía futuro en preguntarle, pero tampoco perdía nada.

-mnh, ven.

-¡ah! ¿la tienes?-feliz se acercó a él rápidamente, viendo como el peli-gris se quitaba de una muñeca una liga para el cabello de color rojo, la de Kaveh, para entregarsela.

-la otra vez me pediste que te la sostuviera un momento, pero ya después no la pediste, y a mi se me olvidó que la traía puesta-se explicó tranquilamente mientras volvía a su lectura, desconectandose del mundo una vez más.

Kaveh soltó unas risitas y murmuró un gracias, mientras en el camino devuelta a la cocina se ataba el cabello en un descuidado tomate (la bolita de cabello), secillo y rápido. No sintió la suave mirada sobre él durante el trayecto, estaba muy ocupado organizandose para cocinar. Alhaitham se mordió suavemente el labio inferior, a su vez se ocultó detrás de su libro, fingiendo indiferencia. Aún así, Kaveh no lo notó. En cambio, él ya estaba comenzando con el menú de esa noche, luego de una agradable siesta y una buena noticia se sentía motivado ñara cocinar algo delicioso, se podía sentir en todo su alrededor, irradiaba comodidad.

Alhaitham se preguntaba si era por aquella carta.

No, no la leyó, sabía bien sus límites y la definición del término "privacidad", pero eso no quiere decir que no le dio una mirada al sobre, específicamente al labial rojo y al nombre tan... en elegante escritura de una mujer. Ah, si, él no era una persona celosa, para nada, jamás lo admitiría. Según él, no tiene sentido estar celoso cuando siquiera está saliendo con Kaveh ni nada similar, pero oh, oh, actúa como si pudiera controlar las emociones.

Quería, debía, dejar de pensar en esto, iba a terminar siendo muy notorio.

Para cuando volvió a la realidad vio a Kaveh comenzando a acomodar las cosas en la mesa para poder cenar, por lo que se levantó de su lugar y le ayudó a ordenar para finalmente sentarse y comer juntos en completo silencio, hasta que Kaveh abrió su boquita y, tristemente, no para comer en silencio.

-el jarrón que compraste ayer... no tuve la oportunidad de decirlo antes, pero... es horrible, ¡¿viste ese patrón tan aticuado?!-así comienza su nueva pelea.-No entiendo por qué no me llevaste contigo, definitivamente hubiese elegido uno más lindo

-Kaveh, ya sabes por qué no fuiste conmigo, deja de insistir con el jarrón.

-¡Pero míralo! ¡Es como de... de... de anciana! ¿que no le ves esas... flores y triangulos? tienes un pésimo gusto.

-Ugh, Kaveh, ya está, ¿solo sabes quejarte?

-¡Y CÓMO NO!-exclamó Kaveh, a lo que Alhaitham reaccionó con un pequeño movimiento, para nada notorio, fácilmente podía ser confundido con un movimiento paraa acomodarse, pero Kaveh lo notó, y es que el contrario no llevaba sus 'audifonos'.-perdona, grité de la nada, no me di cuenta...

-¿Uh? no, está bien, no pasó nada.-No está demás que Alhaitham tiene sentimientos confusos en estos momentos, es agradable que el rubio note esas cosas, por otro lado le molesta que piense que sea tan frágil como para reaccionar ante una simple exclamación.

-ajá... ah, mañana estaré fuera de casa, no creo llegar tarde, pero de todas formas no está demás avisar. Salgo temprano.

-mhm, bueno.

-antipático.

-¿qué te hice ahora?-suspiró exasperado.

Y así continuaron con sus pequeños pleitos hasta la hora de dormir.

clases (casi 2 meses
muerto, perdón).