Amor de verano (EFENC #2)

Día de secretos

Después de desayunar todo estuvo como cualquier otro día, los chicos hacían carreras de obstáculos mientras nosotros vigilábamos. Hoy competimos los monitores hombres contra hombres y mujeres contra mujeres (Jace y Matthew quedaron empatados y yo le gané a Bárbara).

Cuando terminaron las carreras los chicos tenían un tiempo libre para jugar a lo que ellos quieran y yo aproveché ese momento para escapar un rato del trabajo y poder hablar con Melanie y Clara, las cuales me van a volver loca si no les digo qué paso ayer.

Como siempre hablé con Jace y le pregunté si no tenía inconveniente de cuidar el a mis niñas y, como siempre, me dijo que no tenía problema. Guau, creo que se hace muy frecuente eso de que falte al trabajo.

Melanie me había dicho que el punto de encuentro iba a ser nuestra cabaña, ya que era el lugar más privado y en común para las tres, así que me encaminé en dirección a nuestra cabaña. Cuando entré me llevé una sorpresa al ver una mata de cabello morado sentada en el sillón de la salita.

-Hola chicas- avisé cerrando la puerta detrás de mí.

-Hola- respondieron al mismo tiempo.

-¿Dyna? No creí que las reuniones de este tipo sean de tu agrado- le dije bromeando.

-Lo mismo pensé de ti- respondió.

-Touché.

Me senté en el sillón con Dyna (Melanie y Clara estaban sentadas en los dos pequeños) y agarré un puño de palomitas que estaban en un bol en la mesa de centro, junto con varios paquetes de chocolates, snacks y películas.

-¿Para qué son las películas?- pregunté poniéndome cómoda.

-Tenemos una "tarde libre" no hay que desaprovecharla- dijo Clara como si fuera obvio.

Agarré las películas y me puse a ojear los títulos... Tres metros sobre el cielo, Divergente, Los juegos del hambre, Amigos con derechos, 10 razones para odiarte y...

-¿Pretty woman? ¿En serio?- me reí.

-Es un clásico- dijo Melanie con cara de ofendida.

-Que selección de películas más... Variada- dije riéndome, pero ¡Por favor! empezamos por un amor a sexo a ficción. No me digan que no es raro.

-No importa- dijo Melanie acomodándose en el sillón- vayamos al grano... Estamos aquí reunidas para contarnos cosas que son de suma importancia sentimental, más específicamente amorosas, que sean significativas para nosotras. Lo que sea dicho, expresado u oído en esta habitación, se quedará en esta habitación.

No pude evitar reír al escuchar a Melanie decirlo como si fuera un asunto de vida o muerte y ella me miró mal.

-Disculpa- levanté una mano en señal de perdón- te estoy en serio. Pero ¿quién confesará primero?

-¿Qué les parece si lo hacemos de mayor a menor?- propuso Dyna y todas asentimos.

-¿Quién es la mayor?- pregunto.

-Creo que yo- dijo Dyna- en enero cumplí los diecinueve.

¡Cierto! No lo celebramos con fiesta porque ella no quería pero le cantamos cumpleaños en un café y luego fuimos a la fiesta de Dione.

-Yo tengo diecinueve, pero los cumplí en mayo- dijo Clara- así que Dyna es la mayor.

Yo creía que Clara tenía dieciocho.

-Entonces empieza Dyna, sigue Clara, luego yo y de último tú, Annie- dijo Melanie emocionada.

Dyna se quedó pensando un momento, bastante largo, y luego empezó a hablar: