Amor de verano (EFENC #2)

La pequeña consejera

Ya estamos a viernes, gracias a Dios, la semana fue poco productiva, lo digo porque Matthew y yo seguimos empatados, pero tengo esperanzas, ya verán cómo le voy a ganar.

En este momento estoy en una de las cabañas cuidando a uno de los grupos de niñas, ahora nos alternamos, no siempre con un mismo grupo y de verdad que creo que esta semana he pronunciado demasiadas veces la frase "niña, sí tú".

Las niñas están corriendo y saltando por toda la cabaña mientras yo escucho música, debería frenarlas porque se tienen que ir a dormir antes de las nueve y son las nueve menos veinte, pero la flojera me vence.

Sentí una pequeña mano sobre mi brazo y me sobresalte al pensar que podría ser chucky, pero ese pensamiento se borró inmediatamente de mi mente cuando mis ojos captaron la mirada de una pequeña niña de cabellos rubios, piel pálida y unos increíbles ojos azules.

−¿Qué pasa?− le pregunté con dulzura quitándome los auriculares.

−Me preguntaba si usted podría decirles a todas que ya es hora de dormir− dijo más que como pregunta como si fuera un pensamiento en voz alta  −tengo mucho sueño.

Se restregó los ojos con sus pequeñas manos y me miró con esos enormes ojos azules cautivadores.

−Claro− respondí conmovida −¿Me puedes decir cuántos años tienes?

Me mostró ambas manos en la izquierda levantó cinco dedos y en la derecha dos.

−¿Tienes siete?− me quedé impresionada, yo creía que tenía cinco.

−Los cumplí hace dos semanas− me sonrió.

−Ya le digo a todas que es hora de dormir− me paré de la cama con pesar y antes de gritarles a las niñas que era hora de dormir baje la vista a la niña rubia que me miraba expectante −¿Cómo te llamas?

−Danielle Gray.

Espera un momento... ¡Se llama igual que mi abuela! Yo amo a mi abuelita.

−¡Niñas, vamos a la cama, es hora dormir!− es increíble como obedecen las niñas de siete años.

En no más de cinco todas estaban acostadas en sus camas con las sábanas puestas. Me hacen querer tener un hijo... Nah, tampoco soy mi mamá para tener uno ahorita, tal vez en un futuro... Hay no sé, el simple hecho de que tendré que cocinar me desanima.

Apagué las luces, les di las buenas noches a las niñas y me acosté en mi cama a dormir.

 ***

Por primera vez, desde que llegué al campamento, no ha tenido que despertarme ninguna de las niñas que están a mi cuidado, me temo que me estoy contagiando de algo... ¿Por qué me estoy despertando tan temprano?

Todas las niñas estaban dormidas, debería despertarlas, ya va a ser hora de ir a comer. Desperté primero a Danielle porque sólo se me el nombre de ella.

-Danielle- la llamé- es hora de despertarse.

Automáticamente ella abrió los ojos, como si en realidad no hubiera estado dormida sino con los ojos cerrados esperando a que alguien de la señal para abrirlos.

-Buenos días- me sonrió y se despertó.

-Buenos días- le correspondí la sonrisa y luego me volteé para las demás camas- ¡Niñas! ¡Despierten!

No todas fueron como Danielle, pero la mayoría sí. En este grupo no hay personas como Amber, por lo que me gusta más que mi grupo.

***