Una pequeña trampa II

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Matthew's POV

No pude dormir pensando en las estupideces que pude haber hecho ebrio, mi último recuerdo es de nosotros en el pub jugando “Yo nunca…”, después de eso no me recuerdo de nada, además de que ayer me desperté en una cama con Annie en mis brazos, según ella no pasó nada pero conociéndome algo idiota debí haber hecho.

Annie. ¿Cómo puede alguien cambiar tanto pero ser igual al mismo tiempo? Pensé mientras pasaba las hojas de su diario, el cual saqué de su habitual estante para ojearlo un poco…

“Querido Bartolomé, soy yo otra vez. Este es el último día del campamento, hablaré con mis papas para que no me vuelvan a traer aquí más nunca, ya no quiero volver aquí. El primer día que estuve acá me dijeron ‘Aquí conocerán a los amigos con los cuales estarán para toda la vida, podrán confiar en ellos y divertirse en el proceso’ ahora sé que son puras mentiras y la vida está llena de desilusiones”

El sólo ver como un pequeño accidente puede cambiar la vida de una niña a tal punto de romper todas sus ilusiones me parte el corazón. Pero si fuera por mí volvería en el tiempo y no dejaría que NINGUNO de los malos acontecimientos de ese año hubieran pasado.

Cerré el diario y volví a pensar en lo que he hecho y en ese momento llegó a mi mente el momento fuera de la sala de música aquella noche, después del lago…

-¡Maldita sea! ¡Eres un estúpido! ¿Acaso no puedes controlarte?- me dije a mí mismo- ¿Cómo se lo vas a explicar?

-¿Quién está allí?- escuché de espaldas a mí unos minutos después y la sorpresa me hizo dar un salto.

-¡Mierda!- grité al ver a la reina de roma que se asoma por la puerta de la casa- Annabeth.

Annie.

Después de pasar un rato hablando con ella nos fuimos a desayunar y de ahí me fui con mi grupo de chicos hasta el campo donde haríamos las carreras de obstáculos.

-Siéntense todos, por favor- pedí cuando llegamos y me hicieron caso… vaya me siento fuerte y poderoso- Hay varios de ustedes a los cuales no conozco porque son nuevos en mi grupo, quisiera que se presentaran antes de empezar cualquier otra actividad, además del desayuno, eso no cuenta.

Pasé la vista por el grupo, sólo hay tres caras desconocidas.

-Empiezo yo- dije al ver que nadie reaccionaba- Mi nombre es Matthew Gray, tengo dieciocho años y me gusta el fútbol.  Ahora ustedes.

Pasamos unos dos minutos en silencio hasta que el primer valiente se dignó a hablar. Es un chico delgado, de apariencia atlética, de tez morena, cabello castaño y ojos del mismo color del cabello.

-Mi nombre es…- se quedó callado un momento- Alexander Smith, tengo siete años y me gusta correr.

Asentí y esperé a que separara el siguiente de los dos que faltaban. Un chico medio-alto, gordito, de tez pálida, cabello oscuro, ojos oscuros y pecas por toda la cara se paró.

-Mi nombre es William Livingstone- se le notaba el acento inglés- tengo ocho años y me gusta el té.

Creí que lo del té era un estereotipo.

Miré al último que comenzó a hablar. Un chico de contextura atlética, de piel clara, su cabello era negro (brillaba mucho) y tenía unos ojos verdes extrañamente familiares.

-Mi nombre es Brandon Hirsch- dijo el chico y yo no escuché nada más después de su apellido, quedé como en shock.

Hirsch. Debe ser una coincidencia. Esos malditos ojos verdes que me tienen loco deben estar jugándome una mala pasada y yo debo estar alucinando.

-Bueno chicos- dije cuando salí de mi ensoñación- esperemos a los demás, pueden jugar mientras tanto.

Unos minutos después, Marissa se acercó a mí y rápidamente (demasiada para mi gusto) me explicó qué íbamos a hacer, alegó que tenía prisa y luego salió corriendo.

No más de diez minutos después llegaron los chicos, expliqué el juego y comenzamos.

***

Como era de esperarse, yo le gané a Bárbara, y ahora estoy viendo la vergonzosa forma de arrastrarse por el piso de Annie, cuando ella logró salir del lodo y las cuerdas el cronómetro marcaba dos minutos cuarenta y nueve segundos, inmediatamente lo suspendí, haciendo que quedara en dos minutos, cincuenta segundos. Nadie se dará cuenta de mi pequeña trampa.

-¿Qué estás haciendo?- preguntó Bárbara acusadoramente al ver la sonrisa en mi rostro y el cronometro congelado.

-Nada.

Mi voz sonó graciosa y burlona. Nunca está demás ayudar a una bella dama, además quedaban muchas actividades para poder ganarle.

-Eres un idiota- dijo enfadada.

Cuando Annabeth, sorprendentemente, tocó la campana primero ya habían pasado cuatro minutos y quince segundos, llevaba la cuenta.

-Cinco minutos- dijo con una sonrisa en la cara.

-No puede ser- respondió mortificada- muéstramelo.

Se lo mostré

-¡Ja! ¡Ja ja!- su risa, guau.

Daría todo por esa hermosa risa, así sean dos minutos de ventaja.

-¡Te ganee!- Ann hizo un “baile”, si es que a eso se le puede llamar de esa manera.

-Son sólo tres segundos- dije con una  enorme sonrisa en la cara.

-Da igual- sonrió y yo morí internamente- igual te gané.

-Felicidades- dijo Bárbara fría y se fue.

No puedo creer que se haya picado por algo tan banal como esto.

-¿Qué le pasa?-me preguntó Melanie.

-Debe estar en su período- respondí.

Después de que todos jugaran ella se retiró con su grupo y el de Bárbara. Por otra parte Jace y yo nos fuimos con nuestros respectivos grupos hacia la ducha.

-¿Tres segundos?- me preguntó Jace por el camino con una ceja alzada.

Yo, por otra parte, no podía quitarle el ojo de encima en Brando Hirsch, buscando similitudes entre él y su hermana, porque definitivamente eran hermanos.

Me encogí de hombros ante la pregunta de Jace y él sonrió.

-Oh, vamos…- dijo con sorna- estás prendadísimo de esa chica.

Volví a encogerme de hombros, Jace rió y me dio una palmada en la espalda.

-Estas perdido, bro.

Y no tiene idea cuanto…

❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️

Bueno, este... No se me ocurre que decir...

XD 

Los quiero.... Dejen una estrellita y un comentario :*

Besitos y Bendiciones.

Amor de verano (EFENC #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora