Ser correctos o no serlo. La delgada línea que existe entre lo que debe ser y lo que se desea.
Hasret y Zaffar lo saben.
Una princesa heredera y un guardia real.
Sentimientos reprimidos y un deseo intenso.
Todo depende del camino que ambos decid...
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•Princesa Hasret veinticuatro años•
Al ver por la ventana del jet real privado, veo a mi familia esperando.
Padre, madre y Zedd están allí junto a los guardias reales.
Claramente él está allí.
Zaffar.
Tal como siempre; ejerciendo su papel de líder y jefe principal de la guardia real de todo palacio.
— Me siento como un niño pequeño al que su hermana ha ido a buscar por desastroso. Y es el colmo. Yo soy mayor que tú, princesa —se queja Hasid a mi lado.
— Nacimos el mismo día. ¿Acaso se olvidó de semejante detalle, príncipe? —respondo al girar mi rostro y verlo con un poco de diversión.
— Yo nací primero, eso me vuelve mayor —refuta y luego se levanta para darme la mano y que yo imite su acción—. ¿Qué le contaré a todos?
— Que estabas yendo por un camino... poco conveniente y yo he ido a rescatarte. Es una buena opción para escoger.
— Oh, mi adorada princesa me ha salvado. Gracias — se detiene y hace una reverencia en mi dirección—. Estaré eternamente agradecido, alteza —luego se endereza y hace una mueca graciosa—. Mientras no se burlen de mí.
— Alteza, nadie se burlará. De hecho, estarán agradecidos de que has regresado y no te has comportado de manera impulsiva.
— ¿Impulsivo yo? —finge indignación—. Tonterías.
Me río bajo.
— Por supuesto.
Proseguimos a bajar del jet. En cuanto estamos abajo, madre es quién corre en nuestra dirección a abrazarnos de manera efusiva.
—Oh, qué rápido pasa el tiempo. Los extrañé tanto —luego se aleja para vernos de manera dulce y sonriente. No puedo evitar sonreír devuelta. Ella es una mujer increíblemente hermosa y cariñosa.
Haber conocido a madre después de tantos años de estar sin ella, fué una de las mejores cosas que nos pudieron haber pasado a Hasid y a mí. Su regreso ha sido lo mejor que pudo haberle pasado a Kyriem desde que mi hermano y yo nacimos.
— ¡Papá! — Hasid de pronto corre hacia un lado.
Cuando lo miro lo observo saludando a nuestro padre de manera afectuosa. Ambos se ven tan felices. Yo por mi lado me encuentro emocionada de haber vuelto. Kyriem es mi hogar. Aquí está mi vida.
Noto a padre verme y eso me llena de emoción, por lo tanto me acerco rápidamente.
— Padre —saludo correctamente.
— Cielo. ¿Acaso no le darás un abrazo a papá? —pregunta suavemente de manera cariñosa. Solo eso me basta para acortar la distancia y abrazarlo.
