PRINCESS HASRET LOVE STORY ✓

15: PRESENTACIÓN Y TENSIÓN

— Hay miles de personas. Ésto es... Demasiado. —murmura Hasid a mi lado.

— Es lo más natural. Kyriem adora a su reina —menciona padre cerca de mi hermano y de mi—. Por otro lado; no solo parte de Kyriem se encuentra aquí. Hay personas de muchos otros países que son admiradores de Ruelle y han venido solo para poder verla en persona.

Padre, Hasid y yo nos encontramos en una especie de camerino, mientras esperamos salir. Madre desea que Hasid  y yo formemos parte de su desfile de modas cómo un detalle especial. Aún no seremos presentados de una manera oficial, no hasta la noche, cuando sea anunciado el inicio oficial del festival de verano en Kyriem.

— Aún me sorprende el alcance que madre puede tener. Es bastante popular, ¿no es así? —digo.

— Es evidente. Esa cantidad de personas —menciona Hasid al ver al frente, justo hacia una gran pantalla dónde se está transmitiendo parte del evento de nuestra madre—. ¿Cuántas personas habrán allí afuera y en las calles solo para asistir, o al menos estar un poco cerca del evento?

— Se especula que alrededor de cuatro o cinco millones, contando a los extranjeros —responde padre con calma.

Hasid y yo lo miramos impactados.

— Es un locura —comenta mi hermano.

— Sí. Es demasiado.

— Supongo que eso es parte del poder que posee su madre —el rubio mayor dentro de la habitación se mueve de su lugar y se acerca a la salida—. Ruelle atrae a las personas en demasiados sentidos. Su espíritu y su forma de ser tan encantadora y al mismo tiempo  respetable, es lo que la catapultaron a obtener tantos admiradores, seguidores y fans. Tanto cómo modelo y diseñadora, así como reina de Kyriem. Ella es una persona que ha sabido aprovechar al máximo el poder que sabe que tiene.

Padre habla con demasiada serenidad y calma. Pero es fácil notar lo orgulloso que se siente de hablar así de la reina. Después de todo, ya tenemos claro lo mucho que el rey admira a su reina.

Antes de que él llegue a la puerta, se detiene.

Segundos después se escucha un grito desde afuera, el cual reconocemos a la perfección.

— ¡Ay! ¡Por la virgen de los tacones!

— ¡¿Estás bien?!

A nosotros no nos da tiempo de llegar a la puerta, antes de que ésta sea abierta por Zedd, quién mira con preocupación a mi madre.

— ¡Me doblé el pie! ¿Puedes creerlo? —ella levanta su pie y revisa el tacón de su lado derecho. Luego pone el pie sobre el suelo y da vários golpes sobre éste, probando el tacón—. Ay. Qué alivio —dice de manera graciosa, alza el pulgar y ve a Zedd—. No se partió. ¡Estamos bien!

— Ahg, tonta. Me asustas —se queja el castaño en voz alta y luego se tapa la boca y la ve con lo ojos muy abiertos.

Madre también lo mira con los ojos bastante abiertos y luego se carcajea.

— ¿Ustedes dos, qué hacen? — pregunta padre, siendo serio y firme, lo que por lo general es lo normal.

Zedd y madre se enderezan y lo miran. Me da la impresión de que casi hacen un saludo militar.

— ¿Rashid? —madre lo mira confundida. Luego hace una expresión de sorpresa y lo señala—. ¡Hey, tú! ¿Qué demonios haces aquí?

— ¿Haciéndole compañía a la princesa y al príncipe? —esa suena como la respuesta de él.

— No, no, no —ella se acerca y se coloca detrás de él para empezar empujarlo hacia afuera—. No puedes estar aquí.

— ¿Por qué no?