10: VERDADERO DESEO (+18)

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He llegado a la casa de Zaffar a eso de las 3:30pm y los arreglos en todo el lugar han culminado a las 5:15 pm. Luego de tanto alboroto, él y yo finalmente nos hemos quedado solos.

— ¿Le apetece cenar algo? —pregunta Zaffar al romper el silencio que ha quedado cuando todos se han ido.

— Oh... Sí — respondo de manera neutra.

Ni siquiera tengo hambre, pero acepto.

Por alguna razón, hoy, justo al quedarnos solos se siente mucha tensión. Pero es un tipo de tensión que por alguna razón me atrae.

— Excelente, yo tomaré una ducha rápida en el baño de invitados. Luego prepararé algo.

— A mi también me gustaría tomar una ducha —expreso. Pienso un poco y me atrevo a decir lo que mi mente piensa—. Aunque creo que he dejado el bolso dónde traía mi cambio de ropa.

«Mentirosa.»

Ese bolso está en mi auto, pero me atrae más la idea de usar su ropa.

— Puede tomar lo que considere más cómodo de mi armario, no se preocupe. Use el baño de arriba, será más cómodo.

— Está bien.

Él ni siquiera me está viendo a los ojos. Y luce inquieto. Nervioso, quizás.

Me intriga saber qué sucede.

Al ir arriba a su habitación, me tomo mi tiempo para elegir lo que me pondré y luego cuando tomo la ducha. Me siento demasiado atrevida al solo colocar mis bragas y a continuación una camisa de algodón blanca que le pertenece a él. Decido soltar mi cabello y lo arreglo cuidadosamente con mis manos para dejarlo suelto, cosa que no suelo hacer. Me veo al espejo y siento que podría sonrojarme.

«¿Qué pretendes, Hasret?»

Niego repetidamente y alejo mi mirada del espejo. No me permito pensar de más sobre ésto.

Decido bajar y al llegar a las escaleras, abajo, noto a Zaffar de espaldas mientras cocina.

Va vestido de negro. Totalmente cómodo. La camisa que lleva puesta se le ajusta con cada movimiento a su amplia  espalda y sobre sus brazos correctamente musculosos. Noto cómo le queda esa ropa que pocas veces le he visto usar, ya que mayormente siempre lo he visto con los uniformes reales.

Observo sus movimientos y cada uno de ellos me atrapa por completo. No puedo evitar pasar mi mirada un poco más abajo y notar como le queda el pantalón deportivo que lleva puesto.

En cierto momento lo veo ladear su cabeza en un gesto que me resulta bastante varonil, pasa su mano por su hombro y suelta un suspiro.

«Bien, creo que ésto ya me está afectando más de lo que podría imaginar.»

Cuando llego más cerca, él se percata de mi presencia, pero no se da vuelta.

— ¿Tiene apetito, alteza? —cuestiona.

No detengo mis pasos hasta llegar detrás de él. Totalmente cerca.

— Lo tengo —sin poder contenerme, llevo mis dedos al ruedo de la camisa que él lleva y seguidamente adentro con lentitud mi mano bajo ésta. Toco suavemente la piel tersa de su espalda baja, lo que provoca que él se tense—. Pero me temo que no es precisamente comida lo que quiero —me atrevo a sincerarme, mientras mi mano continúa subiendo por su espalda.

— Alteza...

Bajo mi mano y decido sacarla debajo de su camisa.

— No me llames de esa forma ahora. No me gusta —le hago saber—. Por favor, llámame por mi nombre.

PRINCESS HASRET LOVE STORY ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora