Ser correctos o no serlo. La delgada línea que existe entre lo que debe ser y lo que se desea.
Hasret y Zaffar lo saben.
Una princesa heredera y un guardia real.
Sentimientos reprimidos y un deseo intenso.
Todo depende del camino que ambos decid...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
— Acabo de hablar con Omar —anuncia Cleo en medio de nuestra reunión en el salón de visitas.
—Hablar con Omar? — Nevaeh y yo la vemos algo confundidas—¿Sobre qué?
— No iba a quedarme tranquila con lo que sucedió hace unos días. Su alteza dijo que no se entrometería, y comprendo sus razones. Pero ese no es mi caso. Sin embargo, no fuí tan descuidada —explica la pelinegra—. Decidí hablar con Omar inicialmente. Pensé que si le decía ésto directamente a Zaffar, probablemente no conseguiría mucho. Por eso, le entregué la grabación a Omar y para que estuviera absolutamente seguro, pedí que en cuanto tuviese tiempo libre investigase la veracidad de los hechos.
— ¿Cuál es el motivo? — cuestiona Nevaeh.
— Oh, vamos — Cleo señala hacia la puerta, hacia afuera específicamente—. Los guardias reales no están contentos con Zaffar fuera de palacio. Sobretodo, poniendo de excusa su supuesta boda y el embarazo falso de esa detestable mujer. Omar estima demasiado a Zaffar, lo respeta. Sé que haciendo lo correcto, le hará saber a Zaffar la verdad de la mejor forma posible.
— Zaffar podría pensar que Omar lo está vigilando a él y a esa mujer.
— Lo pensé, realmente. Pero al hablarlo con Omar, me aseguró que eso no pasaría.
— ¿Cómo reaccionó al enterarse de lo sucedido? —Nevaeh está muy interesada.
Yo en mi lugar solo escucho atentamente.
— Oh, cariño. Él estaba muy molesto.
— Cielos. Aún no entiendo cómo es que Zaffar se ha topado con una mujer de ese tipo. Es decir, es un hombre muy inteligente. Por Dios, es un guardia real.
— Era —corrijo.
— Bueno —Nevaeh me mira cautelosamente—. Eso mismo — luego continúa—. Pero en fin, se supone que él es demasiado cuidadoso y calculador con lo que sucede a su alrededor.
— No siempre estamos en ese estado de alerta. Todos cometemos errores —opina Cleo de manera pensativa—. Además, yo puedo estar casi segura de saber la razón por la que está actuando de manera tan extraña y descuidada —me mira fijamente con seriedad—. Tal vez no es muy fácil notarlo si no se está atento. Pero como me importas como mi mejor amiga y hermana de corazón, me percaté con rapidez. Y al observarlos antes, noté esa tensión que existe entre ustedes. Ya su alteza nos ha dejado claro sus sentimientos por él. Y a penas has vuelto hace unos días, luego de haber pasado casi cuatro años sin verlo. Creciste. Ya no eres la adolescente con "sentimientos confusos"
— Tienes toda la razón — Nevaeh le da la razón.
— ¿No creen que le estamos dando demasiado peso a ésta situación? —digo de pronto.
— ¿Quieres cambiar de tema? —pregunta Cleo con tranquilidad.
— En realidad, me gustaría salir de aquí. Vamos al jardín un rato. Luego estaré bastante ocupada con asuntos de trabajo. Por esa razón, solo quiero relajarme un poco.