CAPÍTULO XI: CUIDADOS

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Despertó con dificultad en una habitación blanca y con luz tenue, parecía que estaba en cuidados pero no parecía Beta. Quiso moverse pero era imposible y no era por su debilidad sino porque sus manos y pies estaban amarrados.
Ejercía fuerza para soltarse pero no podía,  fue cuando notó que tenía algo inyectado en ambos brazos.

—¿Dónde estoy? —murmuró

Desistió de removerse y esperó a que alguien apareciera en algún momento.
Suspiró con paciencia con la mirada fijada en el techo hasta que el ruido de la puerta llamó su atención.

—¿Kristal? —la miró

—Estás despierta... —sonrió sin ganas —y me reconoces

—¿Porqué no habría de hacerlo? —no respondió —¿dónde estoy? ¿porqué no puedo moverme? 

—Estás a salvo, te trajeron al planeta —se sentó a su lado frotándole el brazo

—No me siento así. Podrían condenarme  —se molestó

—Ya arreglamos eso...

—¿Que demonios hago aquí?  —interrumpió

—Estabas muy mal, Nathan te trajo

—Nathan, a quien le encargaste que me vigilara... —ironizó —¿porqué no puedo moverme?

—Te lo explicaré en cuanto llegue Rex

—¿Porqué?  ¿viene a castigarme?

—¡¿Puedes escucharme?! —se levantó molesta

—Siempre lo hago

—¡Maldición!

Salió de la habitación sin decir más dejando a Emily con las mismas dudas. Aunque era consciente de que estaba siendo paciente para escuchar pero era inevitable,  se sentía rara y solo quería huir. 
Estuvo mucho tiempo concentrada en el blanco techo y con calma ya que no sentía dolor físico. Tanta era la concentración que no notó cuándo Rex y Kristal habían entrado.

—Te quitaré los amarres y los inyectables... —la castaña se acercó  —te llevaremos a un lugar más seguro

—¿Seguro? —se sentó frotándose los brazos

—Te pondré esto —Rex mostró las esposas

—¿Me llevarán a prisión?  —retricedió unos pasos

—No, claro que no.  Es por seguridad  —respondió Kristal

—Ya no puedo confiar en ustedes —murmuró

—No creo que sea necesario,  mirala —se dirigió a su pareja

—Es por nuestra seguridad y debo priorizar la tuya —Rex se molestó

—Nathan les contó lo que sucedió pero, ¿realmente creen que les haría daño? —los miró con decepción

Comenzó a debilitarse pero era consciente de lo que decía aunque en un momento dudó que pudiera cumplir. Solo mirándolos pudo disipar esa duda,  jamás les haría daño. Aunque su conciencia fuera mínima no lo haría.

—Es por protocolo —dijo Rex acercándose —no lo hagas más difícil, solo así podrás salir de aquí 

Le colocó los artefactos que inmediatamente comenzaron a ejercer presión y sin decir nada los siguió fuera del edificio que estaba en la ciudad.
Subieron a una nave y fueron a la casa de la castaña. 

—Me será más fácil aquí... —mencionó bajando al laboratorio  —lo preparé especialmente para ti —señaló un pequeño cuarto con puerta de cristal

CAOS - TRILOGÍA DEL UNIVERSO 2/3  [COMPLETA ✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora