CAPÍTULO XVIII: LEYES UNIVERSALES

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Al descender en un planeta para buscar algo el comunicador se encendió.

—¿Si? —miró a Rex.

—Veo que ya lo estás buscando —se escuchaba tenso.

—Es lo que pediste —frunció el ceño.

—Fue antes de recibir un informe complicado... —pensó un momento —reclutas, planetarios y generales de diversas galaxias han desertado por tu causa. Dijeron que es tu culpa y te buscaran para asesinarte, regresa con Kristal de inmediato.

—Llevo días en esto y no he cruzado a nadie pero gracias por informar. En ese caso porque no ejercen sus leyes, es traición ¿me equivoco?

—No, pero los lideres no quieren causar más tensión de las que hay. Sabrás cuando se acerquen porque sus naves están bajo alerta

—Bien —cortó.

En ese momento no quiso escuchar más al respecto y siguió  con el rumbo de su viaje. Solo días después sintió su presencia en un planeta demasiado alejado.

Descendió para buscarlo y encontrarlo inconsciente.

—¿Nathan? —Intentó despertarlo —¿Nathan?

No obtuvo respuesta, la única manera de solucionarlo era decapitarlo en su momento vulnerable. No era un método agradable pero debía hacerlo.
En cuanto tomó la espada el chico despertó abalanzándose sobre ella e inyectarle algo. Cuando despertó estaba amarrada de manos y pies estando al pie de una cueva.

—Lo siento Emily... —se frotó el cuello con fuerza —es mejor entregarte a ellos por una buena causa y no a los lideres para que te utilicen.

No pasó mucho cuando salieron cinco reptilianos enormes para observarlos, ellos parecían ser quienes no seguían orden y cumplirían con los que dijeron.

Nos bañaremos en tu sangre.

Aunque intentaba moverse y soltarse pero no podía.
Uno la levantó con fuerza mostrando una enorme daga pero antes de atravesarla Nathan la ayudó enfrentándose a ellos.
Tomó la daga que yacía en el suelo para liberarse.

—Nathan —nombró y el chico la miró con una sonrisa.

—Agradeceme Emily

—Alexandra —la reconoció.

—No podía dejar que ellos lo hicieran, soy quien necesita tu sangre —tomó la espada con firmeza.

—No eres rival en ese estado. Quiero a la verdadera —se negó.

—¿Es eso o te interesa este chico?

—Solo me interesa encontrarte.

—Cobarde —se disparó en su contra.

Como dijo Emily, no era rival. Fácilmente lo dejó inconsciente y lo observó un momento, podría llevarlo para ser sometido a un juicio pero no era su culpa.
Lo dejó allí con el pensamiento de que en otro momento lo encontraría y podría ayudar.

Vagaba por el universo sin intenciones de regresar a Cristal, solo quería que alguien apareciera para brindarle un enfrentamiento para satisfacer ese repentino deseo. Durante días había confrontado a varios que se habían presentado intentado asesinarla.

Estaba a punto de trazar rumbo al planeta de su amiga  cuando dos naves comenzaron a perseguirla, no estaba segura si era cuasualidad hasta que una le disparó directamente, eso la molestó por lo que aumentó de velocidad. No se registraba como enemiga como dijo Rex o reptiliana pero ese ataque no era nada amistoso.
No quería lidiar con ellos en medio del espacio, sean quienes sean, aunque si lo quisiera podría enfrentarse sin problemas en tierra.
Aquello traería consecuencias y un llamado de atención de Rex como lo fue anteriormente, por su posición por lo que decidio dirigirse a la zona de planetas hostiles.
Descendió con prisa para después ocultar la nave y perderse en un espeso bosque. No pasó mucho cuando una de las naves también descendió pero siguió su camino esperando no encontrarse para evitar problemas, aunque deseaba enfrentarse.
Los ataques ya no eran extraños, muchos lo habían hecho, de diferentes planetas y especies en extinción durante sus expediciones como sensor.
Los de los últimos días la  consideraban traicionera por el echo de que ya no seguía ordenes de los planetarios pero era irónico, ellos mismos habían desertado.

CAOS - TRILOGÍA DEL UNIVERSO 2/3  [COMPLETA ✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora