Capítulo 8: ¿Qué carajos le pasa?

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Respiré profundo y luego solté aquel bocado de aire que había tomado, me puse de cuclillas frente al desastre y comencé a recoger los pedazos de vidrio, echandolos uno a uno en la basura teniendo precaución de no cortarme, al culminar eso tomé el trapeador que estaba a mi lado para tratar de absorber todo el alcohol, bien decían que las cosas echas a lo rápido no quedan bien, pero si seguía tardando saldría diecisiete y vería su "recompensa" estropeada contra el suelo. Puse el trapeador a un lado observando como había quedado de recogido mi desastre, limpie el sudor que bajaba por mi frente con parte de mi antebrazo, dejando escapar algunos suspiros de cansancio salí de la cocina y tomé nuevamente mi cartera, la idea sería salir y comprar una nueva pero demonios... Salir sola... Tan preparada no estoy, bien se que esos enfermos que me lastimaron están bajo tierra pero, ¿Y si se repite de nuevo?, Me asomé por la cortina con suma cautela notando lo resplandeciente que estaba el sol.

«De todas formas acabaré con San Pedro» pensé con pesadez y abrí la puerta.

Miré a mis alrededores, las personas transitando con suma tranquilidad, la brisa chocando con tranquilidad contra mi rostro, solté un leve suspiro y me enderece para seguir caminando. Terminé por llegar al supermercado y entré a este, caminé directamente al pasillo de licores en busca de ese ron caro que diecisiete eligió«Santa Teresa... Bajo cero... Sake...» leía mirando con detenimiento cada etiqueta que identificaba las botellas.

-¿Buscas algo, señorita?- me gire notando al mismo chico de hace rato que me dio el ramo de cilantro, ¡como caído del cielo!, El puede ayudarme.

Asentí con desespero
-¿Ron Mcdowells hay?- cuestioné.

Este se calló por algunos segundos pasando la vista por el pasillo también, chasqueo la lengua como acto final.

-No, lo siento, creo que tu novio se llevó las últimas dos que quedaban.

¿Mi novio, cual novio?, Arquee una ceja en confusión, ¿se refería este a diecisiete?.

-¿Cual novio?- pregunté de la misma forma.

-El chico que te acompañó, nena-Dijo.

Le dí la espalda intentando pensar en de donde carajos me sacaría otra botella, decidí ignorarle y seguir el camino, quizás aún había alguna botella escondida por ahí.

Le dí la espalda intentando pensar en de donde carajos me sacaría otra botella, decidí ignorarle y seguir el camino, quizás aún había alguna botella escondida por ahí

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N° 17.

Miré mi reflejo en el espejo, sequé un poco mi cabello con la toalla de la humana y luego la colgué a un lado, terminé de colocar la T-shir negra que ahora era una parte esencial de mi vestimenta, aunque odiase a muerte en logotipo de la patrulla roja debía usarla, era eso o quedar desnudo... Eso no me convenía en lo absoluto. Salí de la habitación pasando por el pasillo que luego me daba al salón, caminé un poco más, buscaba por toda la casa a la bruja, había demasiado silencio.

-¿Donde te encuentras, bruja?-
Cuestioné en voz alta continuando la búsqueda.

Llegué a la cocina y un fuerte olor a alcohol abordo a mi nariz, comenzandome a picar un poco deje escapar un estornudo y sorbi mi nariz. ¿A qué se debía ese aroma?, Al instante todo comenzó a entrelazarse, el olor a alcohol, la ausencia del saco de liendres y estaba más que seguro que faltaba una botella. Abrí la nevera y efectivamente faltaba una botella, tomé la que quedaba en manos para abrirla y darle un sorbo, asomando mi vista en la basura de la cocina noté los restos de vidrios quebrados dentro de esta.

Mundos Paralelos...N°17.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora