Capítulo 10: Brujita sexy.

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—¡Ah, para Helena!— solté quejidos ahogados por la falta de oxígeno.

Me apretó un poco más fuerte el corset rojo, pudimos comprar uno sin encaje pero no, doña perfecta quería que me viese como una "bruja sexy"
—Para ser bella, hay que ver estrellas aunque estas se den por la falta de oxígeno— dijo para así terminar de ponerle un nudo de lazo a la parte trasera de mi corset.

—Yo quiero ser fea...
Pronuncié lo suficientemente bajo para que esta no escuchara, Helena solía ser algo aterradora y no quería que me regañase.

—¿Qué dijiste, kila?— noté su reflejo en el espejo frente a nosotras, había arqueado una de sus cejas y posó ambas manos sobre mis hombros descubiertos.

—Nada nada...— negué con la cabeza sonriendo.

Helena pasó el cepillo desenredando mi lacio cabello y yo solo podía quejarme en silencio, casi tan parecido como cuando mi mamá me peinaba el cabello, y evitaba quejarme para que no se emperrara y golpeara con el cepillo... Definitivamente ese era mi momento más humilde, de eso era lo único que no extrañaba de mi progenitora.

Colocó sobre mi cabellera un sombrero negro de bruja y me entregó una escoba que compramos en una tienda de utilería, me detuve a observarme en el espejo, el corset hacia que se pudiesen apreciar mejor mis pechos, la falda negra era larga pero tenía un descote a un lado que dejaba a la vista mi pierna cubierta por la tela de unas medias pantis oscuras con diseño, las botas con tacón me hacían lucir un poco más alta de lo que claramente no era. No me veía tan mal, pero mi maquillaje excesivamente gótico que hizo Helena era el problema, no me gusta pintarme la cara y la cerda ignoró mis quejas, algo que haría mi madre... Aveces siento miedo con ese parecido que se traen ambas.

Helena por su parte se veía muy hermosa disfrazada de Gatúbela, se veía imponente, aunque fuese más una Gatúbela ramera.

Un chillido de alegría abandonó  de sus rojos labios,  al parecer estaba maravillada con nuestros disfraces, y realmente no podía quejarme, no me veía tan mal.

—¡Lucimos preciosas!— exclamó Helena de forma animosa.

—Tienes razón— sonreí de igual forma.

—A todas estas, ¿Donde ha estado diecisiete?— soltó la pregunta de la nada mientras se alejaba del espejo para coger de la cama su cartera que de alguna forma hacia juego con su disfraz.

Solté un pequeño suspiro recordando lo sucedido, más no podía decirle a Helena, más bien prefería mentirle o empezaría a joder y preguntar cómo una fangirl.

—No lo veo desde hace rato, salió y no sé a dónde.

—Ya veo... Bueno, ya vámonos, ¿no?
Dijo.

Asentí para salir de la habitación a su lado, al menos no estaría tan sola, pero de regreso sería el martirio, de las pocas veces que he ido a fiestas con Helena, siempre después de las 3 AM ella desaparece, tengo mis sospechas de a donde puede ir, no me lo ha dicho pero sé perfectamente sobre ese romance que se trae con Jordan, el capitán del equipo de fútbol que había en el instituto, notaba esas miradas que intercambiaban y como Helena se ruborizaba bajo la presencia de este, no había duda de que Jordan estará en esa fiesta.

Asentí para salir de la habitación a su lado, al menos no estaría tan sola, pero de regreso sería el martirio, de las pocas veces que he ido a fiestas con Helena, siempre después de las 3 AM ella desaparece, tengo mis sospechas de a donde puede ir...

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Mundos Paralelos...N°17.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora