Pedri
Había pasado una semana, pero todo iba igual de mal que la semana anterior. Los insultos de la "afición" femenina hacia Paula no paraban, y cada vez iban a peor. Habían pasado de insultos simples hasta a amenazas de muerte, y ella no tenía fuerzas ni para levantarse de la cama. Todos habíamos hecho lo posible para evadirla de los comentarios pero los acabó viendo.
- Nena, tienes que comer algo. —dije recostándome a su lado en la cama y apartando su pelo de su cara—
- No tengo hambre... —dijo aún con los ojos cerrados, estaba desanimada y además acababa de despertarse.
- Anoche no cenaste y durante esta semana no has comido mucho. —deje varios besos suaves en su mejilla— Por favor.
Me miró suplicante para que no la obligara a comer pero no cedí y suspiré.
- Se que es duro Paula, pero me destroza verte así por mi culpa. —ella negó, dando a entender que la culpa no era mía— Come algo, aunque sea un poco.
- Está bien, pero solo un poco... —me levanté y la cogí en brazos como un koala para lavarla hasta la cocina y dejarla sentada sobre una de las sillas—
- ¿Quieres tortitas? —ella me miró con una pequeña sonrisa—
- Eso es un golpe bajo, Pepi. —reí levemente y empecé a hacer tortitas para las dos, al rato ya las tenía hechas y serví en dos platos— Venga, a comer.
Asintió no muy convencida y tras comer un poco se dedicó a revolver las tortitas en el plato sin más apetito.
- Lo voy a solucionar, te lo prometo. —ella suspiró y soltó el tenedor—
- Llevas diciéndome eso una semana. —suspiré, tenía razón sólo llevaba una semana consolándola sin saber que más hacer—
- Esta vez de verdad, te lo prometo. —me acerqué y besé su frente—
- Como sea, no pararán. —dijo resignada mientras yo la abrazaba acariciando su espalda—
- Ahora debo ir a entrenar, pero te prometo que hoy mismo soluciono toda esta mierda. ¿De acuerdo? —pregunté mirándola a los ojos y ella asintió—
Dejé un beso en sus labios y cogí las llaves del coche para salir de casa e ir al entrenamiento. Había mucha gente en la entrada del parking como de costumbre y esta vez no me paré, algunas chic@s se acercaron a la ventanilla del coche pero negué con la mano y se quedaban un poco sorprendidos ya que nunca solía negarme. Entre al parking y entré en el vestuario para cambiarme recibiendo las miradas de todos.
- Tío, ¿estás bien? —me preguntó Eric—
- No, el sufrimiento de Paula pesa sobre mi espalda. —dije sin ganas de nada mientras me ponía la ropa de entrenar—
- Todo pasará, ya se cansarán. —añadió Gavi apoyando su mano en mi espalda—
Asentí no muy convencido y salimos a entrenar, Ferrán ya estaba en el campo haciendo flexiones. Había llegado el primero, el pobre estaba demasiado saturado primero fueron los insultos a él y ahora eso se había juntado con los insultos a Paula.
- ¿Cómo estás? —pregunté cuando me acerqué a él—
- Jodido como tú, ¿verdad? —suspiré asintiendo comenzando a entrenar con el— ¿Has conseguido que Paula coma algo?
- Ha desayunado un poco, algo es algo.
Llegó Xavi y se acercó a nosotros dos.
- Se que es complicado lo que estáis pasando ahora mismo. Pero no debéis mostrar debilidad, eso es lo que ellos quieren y digo lo mismo sobre Paula, debe mantenerse firme. —hizo una pausa para suspirar y continuó hablando— Quizás debas dar un comunicado Pedri.
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Un amor por casualidad.
FanfictionSe conocen de la forma más inesperada y una amistad repentina que ella hace con la novia de uno de sus mejores amigos consigue unirlos. Ambos con un pasado; - El nunca se enamoró de nadie y no tiene interés por hacerlo. - A ella la traicionaron de l...