Un amor por casualidad.

El primer encuentro.

Paula
Fui a una cafetería cercana a esperar que apareciera el futbolista en la tienda, me pedí un café y un dulce para que la espera fuera más amena. Terminé y pagué en el mostrador, ya empezaba a llegar gente así que me puse en la cola, los gritos desesperados de las adolescentes hormonadas comenzaron a inundar el lugar, que dolor de oídos iba a tener después.

- Perdona, ¿sabes si aún quedan camisetas de Pedri? —me preguntó una de las chicas que había ahí—

- Hace un rato aún quedaban unas cuantas. —le contesté amablemente, vaya pinta de desesperada tenía—

Bueno, ya saben. La cola empezó a moverse y Pedri fue recibiendo más papelitos que otra cosa, hasta que llegó mi turno, su cara al verme transmitió serenidad, parecía que había entendido que yo era más normal que las otras.

- Hola ¿qué tal? — dijo el siendo cortés para luego saludarme dándome dos besos—

- Mejor que tú seguro, que agobio. —le sonreí y el asintió sonriendo—

- Bueno, al final te acabas acostumbrando. —me miró a los ojos cuando dijo eso y creo que jamas me he puesto tan nerviosa en mi vida—

- Bueno, al final tendrás que comprarte pantalones con bolsillos más grande. —ambos reímos al entender que me refería a los papelitos que le daban y él firmó mi camiseta para luego acercarse un poco a mi para susurrar—

- Y tú, ¿no me vas a dar un papelito? — sonrió de una forma extraña y yo suspiré nerviosa pero acabé riendo levemente—

- Yo no estoy tan loca por ti, canario. Tendrás que ganártelo más. —le guiñé un ojo disimuladamente y agarré la camiseta, nos hicieron una foto, cuando ya estaba dispuesta a irme me agarró—

- ¿Cuándo vuelvo a verte, morena? —dijo observándome de arriba abajo—

- En el partido de mañana, mini Iniesta. —salí de allí sonriendo como una tonta y más roja que un tomate, pude sentir su mirada fija en mí mientras salía de aquel lugar—

Pedri
Terminé de atender a toda la afición que llegó a la tienda y salí de allí en mi coche para recoger a Gavi para ir al entrenamiento antes del partido de mañana aunque siendo sincero, solo pensaba en esa chica que conmigo actuó como si yo fuera una persona normal.

-¿Estás bien? Bro parece que estás en otro mundo. —dijo mirándome extrañado—

- Estaba pensando en el evento de antes. —suspiré concentrándome en la carretera—

- ¿Ha pasado algo aparte de que las chicas te hayan roto los tímpanos? —dijo el riendo—

- Había una chica distinta a las demás, no ha actuado como una loca al verme. De hecho creo que hasta me ha vacilado. —sonreí inconscientemente al recordarlo—

- Uy esa cara, ¿que estás pensando? —río él— ¿Acaso te has fijado en ella?

- Cualquiera se fijaría al mirar esos ojos verdes. —el empezó a reírse y se quitó el cinturón cuando llegamos al parking de la ciudad deportiva del Barça—

- Ojitos verdes, venga que llegamos tarde. —reí con él y fuimos dentro para comenzar a entrenar—

Tras una hora y media entrenando, fuimos al vestuario a ducharnos para luego volver a subirnos en el coche.