Capítulo 26 - Isaías

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"In case you didn't know

Baby, I'm crazy 'bout you

And I would be lying if I said that I

Could live this life without you

Even though

I don't tell you all the time

You had my heart a long, long time ago

In case you didn't know."

Brett Young.

A veces es necesario que sucedan cosas para que nuestro mundo tiemble. Y mi mundo tembló cuando sentí que por segunda vez estaba dejando ir a la persona que estaba hecha para mí. 

Siempre dicen que todos tenemos a alguien perfecto para nuestras imperfecciones. Esa era Pilar en mi vida. Y verla bajar del coche con tanta furia, tristeza y ansiedad hizo que por fin me jugara por lo que sentía. No podía seguir haciéndome el tonto, no podía seguir ocultando lo que me provocaba. 

Así que dejé a un lado las dudas, los miedos y las malditas excusas que me ponía a mí mismo para no admitir que era un cobarde y salí tras ella. 

Tan solo el contacto de su cuerpo con el mío hizo valer mi iniciativa. Pero como si eso no fuera poco, noté su aceptación, no solo en su respuesta, su cuerpo por sí solo hablaba, su mirada era transparente y el latido de su corazón acelerado terminaba por confirmarme que había tomado la decisión correcta. 

La miré durante unos segundos y como si estuviéramos conectados, ella hizo lo mismo al abrir aquel par de ojos avellana que tan loco me volvían. 

Humedecí mis labios para a continuación besar a los ajenos con una lentitud que podía jurar sería capaz de matarnos a ambos. Pero necesitaba esa calma para procesar todo lo que allí estaba pasando. 

La besé sin prisa pero sin pausa, tomándome la molestia de recorrer sus labios con los míos con una delicadeza que hasta yo mismo desconocía que podía usar. La estaba amando, la estaba besando y la estaba sintiendo después de diez largos y jodidos años. 

Mierda, mierda y más mierda. ¿Cómo era posible que un simple beso pudiera generarme tantas sensaciones nuevas?

Y es que no era un simple beso. Era su beso, eran sus labios y era ella.  

Envalentonado y seguro de lo que hacía, la rodeé con mi antebrazo para pegarla aún más a mí. Más bien para reafirmar aquel agarre porque en ningún momento hubo distancia entre nuestros cuerpos, era imposible.

Las manos de Pilar subieron automáticamente hasta mi cuello logrando que mi piel se erizara ante el contacto de sus manos frías y suaves. Era increíblemente hermosa, toda ella, hasta sus manos eran perfectas… Podía sentir como sus uñas jugaban con mi piel, acariciando aquella zona sensible mientras nuestro beso comenzaba a carecer de delicadeza. 

En ese momento perdí la noción del tiempo y el espacio. La noche oscura era la única testigo de nuestro encuentro y si no fuera por los focos del coche que habían quedado encendidos en nuestra dirección, no seríamos capaces ni de vernos la cara, algo que solo hacía que todo fuera más perfecto.

Por causas de fuerza mayor fue necesario respirar y sentí la queja de mi boca cuando Pilar tomó una corta distancia. 

— Te han quedado los morros hinchados. — susurré y dejé un corto beso sobre dichos morros. 

— Me HAS dejado los morros hinchados. — corrigió con burla.

— Lo siento pero creo que será mi pasatiempo favorito desde ahora.

Si Me Dejas Amarte (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora