Capítulo 9

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La relación Gwen-Hasso no se hizo oficial hasta la fiesta de Elena... y digamos que no de la manera más apropiada.

-¿Esto parece limpio? -le pregunté a Klein. Él se encogió de hombros.

-¿Huele a limpio?

Olfateé.

-Huele a salsa de tomate.

Klein arrugó la nariz.

-Entonces no está limpio, güey -escuché la cama crujir bajo la liberación de su peso y después sus pasos hacia el estéreo-. Amigo, esto es música de chica -dijo refiriéndose a Imagine Dragons-. ¿Dónde quedaron The Smiths o The Kooks, viejo?

Me erguí del bote de la ropa sucia con una playera verde en la mano, la aventé a la cama.

-Eso no es música de chica, güey, es música, y es de la poca buena que queda en la actualidad. Y si quieres The Kooks o Foo Fighters tal vez deberías sacar el disco y meter uno de ellos, mi gran amigo.

El auto de Klein resonaba con música de chica camino a la casa de Elena.

Charlie se veía espectacular; llevaba un jumper con una blusa rosa chicle y vans de fresitas. Gwen... Gwen es Gwen y no se podía ver mejor, skinny negros, blusa de rayas negras con blanco y zapatillas blancas.

Ambas sonrieron al vernos llegar, estaban sentadas en las sillas a las afueras de la gran casa estilo barroco; cada una con un vaso rojo en mano.

-¿Quieren algo más? -pregunté antes de ir a la casa por mi bebida.

-Yo estoy bien. -sonrío Charlie.

-Yo igual -dijo Gwen-. Hay pizza en el interior.

Me acerqué para darle un beso en la frente. Olía a vainilla.

-Perfecto -dije mientras le pasaba un brazo sobre los hombros.

La primera semana fue algo raro andar con una chica de allá para acá y seguirla como perro a un hueso, pero luego entendí que me gustaba, me gustaba tener a alguien. Y no solamente era el tener a alguien, sino también el poder compartir con ella; cuando nos estábamos conociendo jamás imaginé el llegar a sentirme tan cómodo al lado de una chica, no me había pasado con nadie mas que con Klein y con Cara, hasta Gwen.

La casa de Elena era de estilo victoriano, de esas que ves en revistas o anuncios publicitarios, claro que con la excepción de que en ese momento albergaba a más de ochenta jóvenes borrachos y pachecos hasta la médula; los padres de Elena; Luce y Carrick, me agradaban, eran buenos tipos además de ser socios de mi padre. Había crecido junto a ella, y solíamos ser amigos hasta que conocí a Klein y ella conoció al maquillaje y mini faldas; como dije anteriormente, a los chicos nos gusta ver piel, pero tampoco nos gusta que no dejen nada a la imaginación; chicas, quiéranse un poquito y jamás se vistan así, o de lo contrario nadie las tomará enserio.
Al entrar a la casa me llegó el olor de cerveza rancia y vómito, ¿acaso jamás habría una fiesta que no terminara con vómito y chicas llorando? Ruego al Señor Nuestro Dios por ese día.

Gwen iba al frente de mí, siendo la guía hacia la deliciosa pizza; como iba detrás de ella podía ver cómo sus caderas se contoneaban, si tengo que negar algo es que ésta chica está plana, tal vez no sea una Kim Kardashian pero mi novia tiene boobies y un culazo de diez, lo siento pero soy un chico con la testosterona al límite, además, tengo diecisiete años ¿quién me puede culpar?
Su cabello iba colgando detrás de su espalda libremente, jamás me había percatado de que tenía las puntas mucho más claras, era divertido.

-Hemos llegado -anunció con una sonrisa al tiempo que me jalaba a su lado-. Ahora puedes disfrutar de los manjares de los dioses italianos.

Me reí y la tomé de la cintura, tomé un pedazo de pizza en una servilleta y me encaminé a buscarnos asiento, pero Klein se había adelantado y ahora teníamos un lugar en el sótano, junto a la chimenea, y una mesita de noche dónde poner nuestras cosas.
Charlie estaba discutiendo con Klein los contras de la marihuana mientras él decía los pros. Me senté en el sillón central, Gwen a mi lado apoyada contra mi pecho y hombro.

-Bien, si crees que es tan buena, dime cuatro artistas que sigan vivos después de las drogas.

Silencio y Klein frunciendo la boca rendido. Gwen dio un trago a su cerveza.

-De hecho, no fue la marihuana la que los mató, fueron otras drogas, drogas químicas como las metanfetaminas o la cocaína. Está comprobado que la marihuana tiene incluso beneficios, ¿cómo crees que Luke pasa sus exámenes?

Charlie abrió los ojos, fingiendo estar ofendida.

-¿De qué lado estás, Gwenedi?

Gwen se encogió de hombros.

-Del lado en el que apruebe mi hermano.

Charlie y Klein rieron, yo no pude porque se me hubiera salido el queso por la nariz y no gracias. Ya me había pasado y es una de las diez cosas que no me hacen muy feliz que digamos.

-Bueno, bueno. Gwen -Gwen volteó a ver a su amiga-. Como buena amiga subirás a bailar conmigo.

La sentí reír contra mi hombro, Charlie levantó sus cejas y se retiró del sillón a un lado de Klein, puso los brazos en jarras frente a Gwen y esperó a que se le pasara el ataque de risa, lo cual no pasó. Suspiró exasperada y le tomó la muñeca para jalarla. Gwen paró de reír.

-No. No, no, no. Me niego.

-No te estoy preguntando -la jaló y logró hacer que caminara escaleras arriba-. Irás a menear el culo.

Klein y yo nos miramos. Como dije, HORMONAS Y TESTOSTERONA.

-Espera, espera. Quiero terminar pacíficamente mi cerveza.

Klein se inclinó a la mesita para tomar el vaso que era de Gwen, se lo bebió. La cerveza no estaba mal, pero definitivamente no era la mejor.

Alguien se la estaba arrimando a MI novia, a MI novia. De todas las putas viejas en la puta pinche perra fiesta, el muy cabrón eligió a MI novia. Dejé dos minutos para que el imbécil se diera cuenta que lo estaba viendo, pero estaba muy ocupado.

-Sostén esto -le di la cerveza a Klein, me arremangué las mangas mientras caminaba al chico.
Le solté un puñetazo con la derecha en la mandíbula.

-¡Vete a pinches arrimársela a otra, pinche puto, pero con mi novia no!

Escuche un sonido de sorpresa a mi alrededor.
...¿Acaso acababa de decir que Gwen era mi novia frente a media escuela?
A juzgar por las expresiones de todos, así era.
Genial.
Oh Mierda.

Aviones de papel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora