Aviones de papel.

Capítulo 16

Antes de empezar esto les ruego que no me maten o me quemen viva, recuerden que tengo una cuenta de Twitter qué manejar, y unos chicos qué stalkear. También recomiendo tener pañuelos si son sensibles. Gracias por su compresión.

Jamás hubiera pensado que mi día fuera así; digo, cuando me levanté supe que iba a ser algo diferente pero no tanto.
Las últimas semanas Gwen se estaba comportando algo distante pero como uno tiene pene y no vagina, le vale rábanos pelados; bueno, volvamos al principio de mi día.
Empezó siendo rarísimo porque Cara había ido a despertarme, ¡y fue de buena manera! No me prendió la luz como desalmada, si no que fue y me sacudió ligeramente. Segundo, Klein no llegó hasta en la tarde, lo cual era un mal presagio teniendo en cuenta que se la vivía en mi casa; pero lo que más me asustó fue que mamá me pidió que la acompañara a hacer las compras semanales.
Alguien quería algo y no era dinero porque soy pobre.

-Cariño -volteé a ver a mi madre-. Sabes que hay muchísimas chicas, ¿cierto?

Alcé ambas cejas.

-Lo que quiero decir es que... -suspiró-. Olvídalo.

-Bien -respondí indiferente; esto pasó a las doce del medio día del sábado.

A las tres de la tarde Klein ya estaba tumbado en mi sillón jugando FIFA apasionadamente, aunque siendo honestos, Cara le estaba dando una paliza.
He ahí algo raro, CARA, la plana de mi hermana JUGANDO FIFA con nosotros, unos retrasados orangutanes según ella, en la sala. Ignoré todo eso, como también ignoré el hecho de que Gwen no había llamado para decir hola o algo así y de que Charlie no estaba buscando a Klein, pero lo ignoré como el buen macho que soy.
Fue como a eso de las seis treinta o seis cuarenta cuando recibí un texto de mi novia:

Gwen: Necesito verte😔

Yo: ¿Todo bien?

Gwen: Algo, pero lo importante es que necesito verte. ¿Afuera d e tu casa? Estoy cerca.

Yo: Vale, te espero😊😘

Gwen: Gracias👍🏻

-¿Quién era? -Preguntó Cara despegando la vista de la pantalla pero aún jugando, ¡las mujeres son brujas, cómo era que Cara estaba hablando conmigo y le había metido un gol a Klein! Aliens.

-Gwen -respondí, vi de reojo cómo ella le daba una mirada a Klein, probablemente preocupada por cómo iba el juego-. Quiere verme, dice que en diez afuera de la casa.

-Oh, está bien.

Puse los ojos en blanco ante mi hermana y ella me imitó burlándose, lo que dio inicio a una batalla de imitaciones.

-¡Oh, pero dónde dejé mi virginidad! -Gritó haciendo una patética imitación de mi sensual voz.

-¡TAL VEZ DONDE PERDISTE EL CULO Y LAS TETAS!

Ella me miró horrible, de verdad, pensé que me iba a matar ahí mismo, en la sala, mientras Klein seguía tratando de ganarle. Lo único que impidió que me matara era que el timbre sonó, salvando mi trasero de las zarpas de mi hermana. Corrí como en Pollitos en fuga hacia la puerta, huyendo como mariquita.
Abrí la puerta para encontrarme con Gwen vestida en negro. Le sonreí.

-Hola -dijimos al mismo tiempo, rió-. ¿Quieres pasar?

Frunció la boca.

-Preferiría hablar aquí, si no es problema.

-Oh, claro -me volteé hacia la sala-. Estaré aquí, no cierren la puerta, no quiero volver a entrar por la ventana del baño -cerré la puerta principal para quedar en el porche con Gwen-. ¿Ya te conté esa vez? Bueno, esta afuera con...

Paré en cuanto Gwen empezó a llorar a mares, así, de la nada.

-¿Estás bien, Gwenni? -La tomé de los hombros, ella bajó la vista; le tomé el mentón haciendo que me mirase-. Dime qué pasa, por favor.

Se mordió el labio inferior, tratando de contener los sollozos y miró hacia arriba conteniendo las lágrimas. Respiró profundamente unas tres veces antes de mirarme con aquellos ojos chocolate tan bonitos.

-Conocí a alguien -soltó de la nada.

-¿Qué? -Le solté los hombros y dejé de abrazarla contra mi pecho.

-Conocí a alguien -repitió, tragó saliva y me miró con ojos de cordero-. Te juro que no quería hacerlo, pero es que... Fue tan agradable, y teníamos muchas cosas en común. Me invitó un café y le dije que estaba bien, sé que no debí hacerlo, pero me la estaba pasando tan bien... -exhaló-. Y luego una cosa llevó a la otra y de la nada nos estábamos besando en el local. Le dije que eso estaba mal, que yo tenía novio y lo quería mucho, pero después me dijo algo... ¿Hasso, estás bien?

No, Gwen, acabo de enterarme que me pusiste el cuerno mientras yo te era fiel como un perro a su amo y ahora creo que me va a dar un ataque o algo así.

-Sí -respondí desde el piso, oh, esperen ¿cómo había llegado ahí? Levanté la vista-. Sigue.

Frunció el ceño, pero prosiguió.

-Me dijo que si de verdad te quería no me estaría besando con él, que cuando amas a alguien no te buscas a otro.

Sentí como mis mejillas se humedecían pero traté de reprimirlo. No puede verte llorar, aguanta.

-Hasso, de verdad, lo siento -se arrodilló a mi altura, también tenía lágrimas aún corriendo por sus mejillas ¿por qué lloraba? Ella no había sido engañada-. Aún te quiero, y mucho, y siempre lo haré; pero... Es que simplemente no puedo actuar como si nada hubiese pasado, no puedo evitar que cada vez que te bese recuerde sus palabras; te amo Hasso, y por eso te digo la verdad, aunque sé que tú jamás me hubieras hecho algo así -puso una mano en mi mejilla e instintivamente me la quité de encima, pude ver cómo le dolía, pero no dijo nada-. Te mereces a alguien mejor que yo, incluso mejor que todos, nunca lo olvides -me dio un casto beso en la mejilla como lo hacía mi madre cuando yo era pequeño, y después se marchó caminando, dejándome ahí.

Entré a la casa azotando la puerta, Cara levantó la vista del juego al igual que Klein y me miraron alarmados. Ambos vieron mis ojos rojos.

-¿Has estado llorando? -Preguntó mi amigo.

Le puse los ojos en blanco, estaba irritado.

-Me fumé un porro, casual.

Cara dejó el control y corrió a abrazarme, le iba a decir que se quitara de encima pero se sentía bien, se sentía lindo el ser consolado.

-Lo lamento tanto -murmuró la pequeña de Cara en mi pecho-. Es una perra.

He hice lo que menos planeaba hacer frente a la gente, llorar a moco suelto.

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NO ME MATEN.
NO ME MATEN.
NO ME MATEN.

Btw, tal vez haga maratón en este momento, no sé, veré que tal me va de inspiración duh.