Si habia algo que caracterizaba a las casas y vecindarios americanos era lo fácil que era ver a tu vecino al otro lado de la ventana. Y no quiere decir que lo estés espiando, es que solo bastaba con abrir tus persianas y esperar a que la persona de la casa de alado también lo hiciera para poder tener contacto visual fácilmente.
Por parte de Gustabo esto siempre había sido un horrible hecho con el que tenia que lidiar en su vida, solia tener siempre las percianas bajas aunque aquello significará sacrificar la luz natural de su habitación. La casa de alado había tenido diferentes dueños y con el paso de cada uno de ellos había vivido diferentes experiencias al tener la posibilidad de ver una de las habitaciones con solo voltear hacia su ventana, por desgracia todas habían sido desagradables.
Hace no mucho que el último vecino se había ido, era un desagradable hombre que siempre parecía de estar de mal humor, su esposa que le gritaba cada que lo veía pasar por afuera de su propiedad y dos irritantes niños que siempre lanzaban piedras a su ventana desde su casa.
Agradecia mucho que se largaran, pero tenía miedo de que los próximos propietarios fueran iguales o peores.Su miedo aumento al ver un enorme camión de mudanzas estacionado frente a la casa. Nisiquiera quizo ver a las personas que entraban y salian con cajas y muebles, ya tendría el diagusto de verlos desde su habitación.
El resto del día paso evitando a toda costa cruzarse con alguien hasta llegada la noche que no pudo contener más su curiosidad. Se levantó de su escritorio, tuvo un debate interno consigo mismo y después se dirigió a su ventana. Volvió a dudar si debía abrir las percianas, habían dos posibles resultados si lo hacia, podría encontrarse con las persianas de la habitación de alado completamente cerradas o podía encontrarse a su nuevo vecino completamente desnudo, a su parecer la primera opción era lo mejor teniendo en cuenta que por desgracia la segunda ya lo había vivido y a día de hoy aún tenía traumas.
Después de unos minutos más por fin cedió a su curiosidad y deslizó una pequeña parte de la cortina, lo suficiente para que sus ojos pudieran cotillear y su vecino no lo notará.Aquella imagen con la que se encontró era lo que menos esperaba, la ventana de alado estaba abierta y dejaba ver fácilmente hacia el interior, además de algunas cajas, una cama y un espejo de cuerpo completo pudo ver a un joven, más o menos de su edad, pelo negro, buen cuerpo aunque una cara de fastidio, pero a pesar de aquello no podía evitar pensar que era bastante guapo.
Gustabo se quedó embobado viendo a la casa contraria por un buen rato, siguió con la mirada a su atractivo vecino prestando atención a todo lo que hacía hasta que, luego de haber sacado varios trofeos, cuadros y cosas que el rubio no logró distinguir de las cajas, aquel chico pelinegro se quitó la camisa para ponerse una de pijama y cuando estaba a punto de quitarse los pantalones, en un acto reflejo Gustabo cerró bruscamente su persiana.
Pudo notar el calor en sus mejillas, seguramente estarían más rojas que una manzana. Por un momento se quedó bloqueado tratando de procesar lo que hizo. Se había convertido en un puto voyeur espiando a su vecino, el cual nisiquiera sabía su nombre.Respiro hondo y luego de vencer esos pensamientos que le recomendaban volver a ver por la ventana, el también se puso el pijama, apagó las luces y se fue a la cama.
Al parecer el destino le estaba recompenzando el haber tolerado a tantos horribles vecinos mandándole a aquella bendición para la vista a pesar de sentirse todo un acosador al espiando por almenos 20 minutos.
□■□■□■□■□
Durante esa semana Gustabo se encontró a sí mismo comenzando a abrir las persianas todas las mañanas antes de ir a la escuela, ordenando su habitación para dar una buena impresión e intentando pasar la mayor parte del tiempo sentado en su escritorio que daba justamente hacia la ventana.
ESTÁS LEYENDO
One Shots [Intenabo]
FanficHistorias intenabo que se me van ocurriendo mientras escucho música.