•¡Boo!•

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La noche de halloween en los santo no era más que un dolor de cabeza para el CNP.
Las calles se llenaban de personas disfrazadas tocando de casa en casa haciendo el mítico "dulce o truco" pero ahí no estaba el problema, lo relamente malo venia junto a los que aprovechaban el ambiente de terror y el uso de mascaras en la gran mayoría de personas para atacar a peatones, robar autos, asaltar tiendas, con más frecuencia de la que comúnmente se hace, disparos al aire e incluso se podían ver carreras clandestinas. Era como si todo fuera legal debido a poder esconder tu identidad detrás de un disfraz.

Conway de verdad odiaba eso, no le gustaba tener que lidiar con un montón de gilipollas, por lo que se otrogo a sí mismo el turno de la tarde para poder evitar todo el alborto que no taraba en formarse. Además que Gustabo le había insistido en llegar temprano a casa para mostrarle su disfraz y asi pudieran salir a pedir dulces, para el era una completa estupidez, pero no podía negarse. Su pareja le había pedido el día libre desde hace casi tres semanas solo para poder disfrutar de la noche de brujas, no se veía capaz de romperle sus ilusiones.

Condujo hacia su casa en un relajante silencio notando como el sol se iba escondiendo y algunos adultos y niños ya se encontraban paseando por las calles con diferentes disfraces, desde los típicos vampiros, momias y zombies hasta cosas que no lograba identificar, según le había contado Gustabo este año habían muchas series de moda que seguramente provocarain que las personas replicaron los vestuarios.

Para cuando estacionó su auto en la entrada el sol ya no estaba y en su lugar se encontraba una luna brillante junto a un montón de estrellas.

Abrió la puerta y se encontró con todas las luces del lugar apagadas, lo único que ilumina a la sala de estar era la televisión que reproducía lo que supuso era una película de terror, no sabía cuál era pero los protagonistas estaban gritando y cubiertos de sangre.

El misterioso silencio que reinaba en el lugar le dio un ligero escalofrío, se suponía que Gustabo estaría listo para cuando el llegara y estaba casi seguro que en cuanto abriera la puerta el rubio lo recibiria preparado para salir.

—¿Gustabo?— Conway gritó, pero nadie respondió.

Comenzó a caminar lentamente acercándose a las escaleras del lugar cuando escucho algo romperse desde la cocina.

Rápidamente corrió hacia el lugar para ver lo que pasaba, ya había revisado ahí antes y tampoco vio a nadie. En cuanto entro a la cocina pudo notar un vaso roto en el suelo, se iba a acercar a recoger los pedazos de vidrio cuando escucho unos pasos subir rápidamente por la escalera.

Algo estaba mal.

Salió de la cocina dejando de lado la tarea de recoger los pedazos de vidrio para ver quién era el responsable de aquella broma de mal gusto.

—Gustabo, si eres tu sal de una maldita vez de donde quiera que estés. No es gracioso— Conway no solía creer en fantasmas, pero sabía que a su pareja le encantaba tocarle los cojones y estaba casi seguro que esto no era más que una de sus bromas.

Subió a la segunda planta recorriendo las habitaciones, pero nuevamente no había nadie. Se encontraba a punto de abrir el armario de la habitación que compartía con Gustabo cuando escucho la puerta principal ser abierta y cerrada.

—Ya volví— La voz de Gustabo llego a los oídos de Conway confundiendolo aún más.

Bajo rápidamente a la planta baja encontrándose solo a Gustabo. Pero si el estaba ahí solo, entonces los sonidos fueron de...

—¿A dónde fuiste?— Conway le preguntó.

—Hola cariño, yo también te extrañé todo el día, mi tarde ha estado bien, gracias por preguntar— Respondió Gustabo con su tono sarcástico.

One Shots [Intenabo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora