Esa noche, después de que Jungkook se quedara dormido, no dudó un segundo antes de levantarse y abrir un portal. Sin embargo, en lugar de dirigirse directamente a su torre, se encaminó hacia el palacio, donde necesitaba encontrarse con alguien en particular. Mientras recorría los largos pasillos, notaba cómo todas las miradas se posaban en él. Esta atención no se debía a su reputación como Muerte ni a su innegable belleza, que solían ser las razones típicas de que los demás lo miraran. Esta vez, había algo más que llamaba la atención.
Lo que realmente sorprendía a todos era su capacidad para percibir el lamentable estado físico de Vante debido a la falta de Prana. Era algo tan increíble que resultaba difícil de creer.
Cuando finalmente llegó al despacho del Rey, se encontró con una de las arpías afuera.
—Sana, vengo a verlo —declaró con seriedad. La chica alzó la mirada para mirarle y sus ojos se abrieron de par en par, al igual que su boca.
—Vante, ¿qué te ha sucedido? —cuestionó incrédula, incapaz de creer el aspecto de La Muerte.
El chico suspiró con pesar. —Solo déjame entrar, seguramente ya está esperando por mí.
La arpía asintió, incapaz de dar crédito a lo que veía, pero sin más opción que ceder, pues conocía la terquedad que caracterizaba a Vante. Había recibido instrucciones claras de que en cualquier momento él llegaría y debía permitirle la entrada. ¿Podría esto estar relacionado con la razón detrás de su impactante estado físico?
—Él te está esperando.
Sin titubear, se dirigió hacia el despacho del Rey, abrió la puerta y entró en la habitación, donde encontró al rey acompañado por otra persona.
—Déjanos —pidió con seriedad, dirigiendo su mirada hacia la acompañante del Rey.
—V-vante... ¿P-por qué tú...? —balbuceó la sorprendida arpía.
—Déjame solo con él, Momo, por favor. Te llamaré cuando hayamos terminado —interrumpió El Rey a la joven.
La pelinegra obedeció la orden sin pronunciar una palabra más, demasiado desconcertada como para siquiera intentar hablar.
Una vez que la chica desapareció, dejándolos a solas, El Rey observó detenidamente a La Muerte y le ofreció una sonrisa serena. —Te estaba esperando —declaró con tranquilidad.
—Seguro que sí —masculló el ser, chasqueando la lengua con exasperación.
—¿Qué te tiene tan molesto, Taehyungie? —preguntó El Rey. La calma que emanaba de él solo lograba poner nervioso al azabache.
—¿Qué pretendías con lo que acabas de hacer? ¿Por qué te estás involucrando con ese humano? —inquirió Vante, evidenciando su inquietud.
Se instauró un incómodo silencio entre ambos. El moreno negó con la cabeza y dejó escapar una leve risa. —Muy hipócrita de tu parte, Taehyung. ¿No es acaso tu situación bastante similar? Y por lo que veo... —hizo una pausa mientras escrutaba a Vante de pies a cabeza—. Has llevado las cosas al extremo.
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・⁺ 𝐇𝐀𝐒𝐓𝐀 𝐐𝐔𝐄 𝐋𝐀 𝐌𝐔𝐄𝐑𝐓𝐄 𝐍𝐎𝐒 𝐒𝐄𝐏𝐀𝐑𝐄《𝚅𝙺𝚘𝚘𝚔》
Fiksi Penggemar¿Qué sucede cuando la mismísima Muerte se encuentra inesperadamente enamorada de la vida que debe llevarse? En un mundo donde lo inevitable no puede ser pospuesto, Taehyung se ve atrapado en un dilema insólito. Cuando se le encomienda la tarea de ll...