✧XI: Hasta que la muerte nos separe

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La habitación se sumió en un silencio sepulcral

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La habitación se sumió en un silencio sepulcral. Jimin se quedó paralizado, completamente desprevenido ante lo que acababa de escuchar. ¿Vante, enamorado de un humano? Era algo simplemente inverosímil. ¿Qué tipo de cruel broma era aquella? Esperaba sinceramente que Vante empezara a reír y le dijera que todo era una mentira. Sin embargo, al ver la angustia reflejada en su rostro, sus ojos llenos de lágrimas y la súplica implícita en el ambiente, comprendió que aquello era completamente cierto.

—¿Q-qué?

—Me conoces bien, Jimin. Sabes que no suelo dejarme llevar por las emociones. Siempre me he caracterizado por ser frío, y por eso mismo, sinceramente, no entiendo cómo acabé de esta manera. Pero así es como sucedió.

Vante tomó al chico de los hombros y lo giró para que pudiera mirarlo. Entre los seres como ellos, incluso cuando estaban cubiertos con sus túnicas, podían ver los rostros unos de otros. La neblina que se formaba al usar las túnicas estaba diseñada solo para ocultarse de los ojos humanos.

—Comprendo que estés preocupado, pero déjame hacer esto a mi manera.

—Tae, no quiero verte desaparecer —musitó suavemente, con un temor palpable en su tono de voz.

—No ocurrirá, pero... déjame terminar esto a mi.

Jimin sintió que sus ojos se llenaban de lágrimas. Quizás él era una Muerte especial, una de las pocas que todavía se aferraba a la idea de construir lazos sentimentales con los demás. Vante había sido distante desde el principio, pero eso no lo detuvo en su empeño de acercarse a él. Podía percibir que, bajo ese muro de indiferencia, se escondía un chico lleno de inseguridades y miedo, alguien que no era muy diferente a él.

Quizás su amistad no era perfecta, ya que hubo ocasiones en las que Vante lo ignoró durante décadas. Sin embargo, a pesar de ello, Jimin siempre tuvo paciencia con él. Taehyung lo escuchó cada vez que necesitaba hablar y estuvo a su lado en cada momento en que el trabajo lo dejaba demasiado emocional. Vante fue la única Muerte que conoció su verdadero nombre, y el hecho de que él le permitiera usar el suyo era una muestra significativa de la confianza que existía.

En otro contexto, podrían haberse convertido en grandes amigos, ya que Jimin sentía una profunda conexión entre sus almas, como si fueran increíblemente afines.

Vante ocupaba un lugar importante en su vida, por eso, cuando Momo fue a visitarlo y le compartió sus planes, no dudó en aceptar. Al parecer, no era la primera vez que intervenía en los trabajos de Taehyung; siempre que se le encargaba cuidar de un alma especial, ella encontraba la manera de mitigar el impacto emocional en él. Reconocía que la arpía actuaba motivada por sus propios deseos egoístas y no era que quisiera respaldarla en eso. Sin embargo, al haber presenciado el estado físico tan lamentable en el que se encontraba su amigo, tomó la decisión de aceptar, con el único propósito de prolongar un poco más su tiempo.

Sin embargo, la mirada desesperada que le dirigía era algo que nunca antes había presenciado. ¿Era este humano realmente tan especial como para afectarlo de esa manera? Aunque no quería admitirlo, a pesar del desgaste físico evidente, podía percibir ese cambio.

・⁺ 𝐇𝐀𝐒𝐓𝐀 𝐐𝐔𝐄 𝐋𝐀 𝐌𝐔𝐄𝐑𝐓𝐄 𝐍𝐎𝐒 𝐒𝐄𝐏𝐀𝐑𝐄《𝚅𝙺𝚘𝚘𝚔》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora