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"dios debe habernos hecho a los dos
con la misma masadebe de habernos extendido a la vez en la bandeja del horno
debe de haberse dado cuenta de repente
de lo injusto que era poner tanta magia en una sola persona
y con tristeza debe de haber separado la masa en dos
de qué otra manera podría entenderse
que cuando me miro en el espejo
te veo a ti"—Rupi Kaur.
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·
†
Kyungsoo recordaba momentos que ninguna otra persona sería capaz de recordar acerca de su propia vida.
Tenía memorias espantosamente nítidas sobre conversaciones y tratos desdeñosos efectuados en su contra; frases venidas a colación cuando tenía sólo un par de horas, quizá minutos de haber nacido.
Veía destellos de los rostros de su padre y de su madre, tíos y tías, primos y demás familiares, a todo el maldito aquelarre repleto de brujos disconformes y horrorizados con su mera existencia.
Recordaba discursos que lo difamaban, palabras que lo descalificaban, insultos que pretendían herirlo y lo hicieron.
Kyungsoo recordaba y sufría, lloraba y sangraba por una pena que le era tanto propia como ajena.
Cargaba con el peso de aquel mar de cosas insanas en la memoria porque en aquel entonces era y no era consciente de lo que ocurría, porque una parte de sí mismo fue expuesta a dichos maltratos, porque Jongin llevaba la cicatriz abierta de sus primeros años de infancia como un símbolo de fortaleza marcado en su corazón... en el de ambos, ese que una vez compartieron y que hoy todavía les pertenece a los dos.
Era en tardes como esa, cuando el cielo perdía el color, y las nubes ocultaban todo rastro de sol para hacer llover sin clemencia, que los amargos recuerdos de su fatídica niñez tendían a filtrarse infraganti por alguna pequeña y mal sellada rendija de la celda en la que solía mantenerlos encerrados.
Era agotador.
Últimamente había tenido días turbios y estresantes, agitados como hacía mucho no los vivía.
No tener el control de la situación lo hacía divagar en las profundidades más remotas de su psique compartida, y los resquicios de aquel dolor que creía extinto se hacían presentes como una sombra tenebrosa, una garra oscura que se apretaba alrededor de su cuello.
Sin embargo, en momentos así, lo mejor era enfrentar su pasado a la cara y dejar que los recuerdos lo inundaran.
Si los aceptaba con resignación se irían con rapidez. Entonces podría volver a encerrarlos en su celda y botar la llave hasta que una nueva grieta brotara en las paredes de su mente. En cuyo caso, deberá hacer exactamente lo mismo de nuevo.
Pensando en ello, dejó la taza de café sobre la encimera de la cocina y recorrió descalzo todo el camino hasta la sala de estar.
Ahí vio a su esposo e hijo dando vueltas en el suelo cual par de troncos huecos a través de la veloz corriente de un río, con las alas desplegadas y los cuernos a la vista, sonriendo como el duo de tontos que él sabía que eran.
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We Can Call It: "Extra" «I Call It Series 3.5»
FanfictionLa desventura y la mala suerte (así como la buena fortuna) suelen ser hechos fortuitos, eventos casuales que ocurren sin razón aparente y que acontecen a personas al azar. No obstante, en ocasiones como esta, nada de lo sucedido se debe a una simple...