El curioso hilo rojo del destino V

174 20 7
                                    

(O de cómo Kim Junmyeon logró convertir su terrible y devastador sufrimiento en la más absoluta e inigualable dicha)

Primera Parte

[1]

—¡NOOO!

Suho se despertó alarmado, llevándose una mano al pecho en un vano intento por calmar su corazón; sudor frío le cubría la frente, el pecho y toda la espalda, como si de pronto se hubiera zambullido de cuajo en la bañera en lugar de estar acostado sobre la cama.

Una pesadilla

Había perdido la cuenta de cuántas noches pasaron desde que tuvo la primera. No obstante, estaba completamente seguro de cuándo sería la última.

Aquella tortura terminaría en el momento en el que tuviera entre sus brazos a su amada alma gemela y el lazo que los unía dejara de ser una maldición...

Porque eso es precisamente lo que era justo en ese momento, una maldita e inmerecida condena.

«¿Su, estás bien?»

De pronto, como si se tratara de una conveniente invocación, la dulce voz de Yixing llegó a sus oídos de forma remota y extraña, como si pasara a través de un antiguo auricular con muchísima interferencia.

Presionando su pecho mientras inhalaba una gran bocanada de aire, Suho cerró los ojos y respondió con pesar: «Tan bien como puedo estar al permanecer otro día lejos de ti»

El eco de una fugaz y lejana risa le erizó la piel de la nuca y removió sentimientos extraños en su interior; sentimientos que sólo salían a flote cuando se trataba de Yixing.

«Entonces estás bastante mal ¿No es así? ¿Qué fue esta vez?»

«Lo de siempre...»

Con algo que Suho percibió como tristeza, el chico le preguntó: «¿Me viste morir nuevamente?»

«Es la quinta vez esta semana»

«Lo sé... las sentí»

«Lo siento, Xing-Xing» ... sacudió la cabeza, intentando alejar aquellas horrendas imágenes de su mente.

Sabía perfectamente que aquellas pesadillas eran únicamente eso, pesadillas. Sueños aterradores infundados por el temor de perder para siempre a quien se suponía que era su "pareja destinada".

Pero era inevitable, estaba aterrado.

La idea de que los Song encontraran a Yixing le causaba náuseas y un miedo tan profundo que podía sentirlo desgarrándole la piel e incluso el alma.

Conocer la situación en la que el otro se encontraba tampoco ayudaba demasiado a que los sueños se detuvieran o tan siquiera mejoraran. Lo que era peor, saber que no podía hacer nada al respecto lo carcomía por dentro, al punto de casi hacerlo enloquecer.

Habían pasado dos años desde la última (y única) vez que lo vió, y desde entonces su vida se convirtió en un auténtico infierno; uno en el que necesitaba la ayuda de brujos y criaturas oscuras para no perder la cordura, la capacidad de amar y hasta la vida.

Aclaremos de una vez que aquello último era una ridícula exageración, pero para el más que miserable Kim Junmyeon, la sola posibilidad de tener que vivir una vida sin amor era algo a lo que no se atrevería a llamar vida en absoluto.

«No te disculpes por eso, Su. Está bien... ¿crees poder dormir otra vez?» le preguntó, notándose levemente angustiado.

«No estoy seguro» confesó mientras apretaba el anillo que llevaba en el dedo, intentando calmarse.

We Can Call It: "Extra" «I Call It Series 3.5»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora