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Capitulo largo.

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Habían transcurrido los días.

En los cuales no pararon de verse y salir juntos.

Amaban la compañía del otro.

Y estaba siendo de inmensa ayuda para el chico, quien había estado dejando esos pensamientos que lo atormentaban la gran mayoría del tiempo.

Definitivamente... Daniela se estaba volviendo alguien especial para el.

Hasta el punto de ahora estar en su mente a cada segundo del día.

La llamaba cada mañana y planeaban alguna salida casi siempre.

Fue poco el tiempo para que se diera cuenta de que sus sentimientos hacia Daniela, eran más que reales y verdaderos.

Y tal parecía que ella sentía lo mismo que el. Le agradaba mucho que fuera mutuo el gran amor que sentía.

Observó hacia el techo de la habitación.

Llevaba tanto tiempo sin sentirse de esta forma.

Que era algo casi nuevo para él.

(...)

Con sus manos entrelazadas, caminaban por el parque más cercano.

La azabache observaba al chico con un lindo brillo de ilusión en sus ojos.

Estaba enamorada...

Era la realidad.

Al ver al rubio por primera vez sintió algo increíble en su corazón..

Y ahora estaba a su lado.

Era hermoso, era espectacular.

Cada instante a su lado hera maravilloso.

— ¿Sucede algo? —la miro para tomar asiento junto a ella en una de las bancas.

Ella sonrió de manera algo apenada.

— Siento eso... Es que.. me es imposible no dejar de admirar tu perfección. —habla observando sus manos con ligero nerviosismo.

Él río divertido, haciendo que sus ojos se cerrarán y formarán una linea.

Dejo de reír para mirarla.

— Eres muy adorable. ¿Lo sabías? —sonrió con calidez observandola.

Niega nerviosa sin dejar de sonreír.

— Solo digo la verdad.. —afirma aún con nervios.

El Joven dirigió su mano hacia el rostro de la contraria para dar una ligera caricia con ternura.

— ¿Vamos por chocolate caliente? —pregunta observando sus ojos.

Ella asíente rápidamente emocionada por lo que el ríe.

(...)

Al llegar al lugar, tomaron asiento en una de las mesas libres.

— Buenos días. ¿Que se les ofrece? —pregunta sirviendo agua para ambos, el mesero del lugar.

El rubio observó a la chica para sonreír.

— Bueno.. chocolate caliente con malvaviscos está bien. —comenta tranquilamente.

El empleado anoto en su pequeña libreta para asentir y ahora mirar a la chica.

— ¿Y para ti bonita? —le pregunta con una sonrisa amable.

— Oh, lo mismo por favor. —responde sonriendo un poco.

El pelirubio observaba la escena con seriedad.

𝐋𝐢𝐞.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora