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Capitulo largo.

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La azabache abrió sus ojos de par en par.

¿Esto era un sueño...?

Había esperado por ese momento desde hace tanto...

Y por fin se había cumplido.

El chico se encontraba un tanto nervioso e inquieto al no obtener ninguna respuesta aún.

— Perdón... Es-. —lo interrumpió.

— ¡Claro que sí! —exclama con una sonrisa realmente feliz.

Al escucharla sonrió en grande para abrazarla con fuerza.

— Eso.. eso me alegra mucho. —habla para tomar las manos de la chica al alejarse.

— A mí también... Yo.. estoy tan enamorada de ti. —dice con calidez mientras acariciaba sus manos.

— Y yo de ti... —responde sin dejar de sonreír.

Para la chica escuchar aquello fue maravilloso, la felicidad tan inmensa que sentía no sé la quitaría nadie.

Ambos juntaron sus labios para crear un beso suave y tierno. Por supuesto lleno de amor.

Era el comienzo de algo lindo, sincero y puro..

¿No es así?

(...)

Transcurrieron los días en los cuales la pareja se veía frecuentemente.
Planeaban salidas al parque y a diferentes lugares.

Hasta llegar hoy. Ambos quedaron en verse en una cafetería cercana.

El chico rubio se despertó cómo cada mañana para levantarse de la cama lentamente.

Camino hacia el baño para darse una ducha, hasta escuchar una voz peculiar.
Detuvo sus pasos lentamente.

¿No nos extrañas?

Deberías matar a esa chica.

Escucho varias carcajadas horrendas para fruncir el ceño.
Las voces eran está vez bastante extrañas..

Ahora sonaban más maniáticas y malévolas.

Vamos Jimin.. haznos caso.

¡Mátala!

El chico nego rápidamente para entrar al baño sin mirar a lo que quedaba del gran espejo.
Le había creado un nuevo trauma aquel acontecimiento tan macabro y extraño.

Dió un pequeño salto al escuchar una voz bastante distorsionada.

Cuídate Jimin... Quien sabe si ella te mate a ti.

Es una mentirosa.

Volvió a escuchar varias carcajadas por lo que sacude su rostro para cerrar fuertemente sus ojos.

Entro a la ducha tratando de ignorar aquello sucedido.

(...)

Salió de su departamento con una cara de muy pocos amigos. Las voces no querían parar por lo que se sentía algo desorientado y con un gran dolor de cabeza.

Algunas personas lo observaban algo extrañados en el camino.
Ya que no se veía bien realmente.

Al llegar a la cafetería entro para observar el lugar atento. Encontrándose con Daniela sentada en una de las mesas de mantel blanco.
Se acercó de inmediato hacia ella con rapidez para sonreír un poco.

La azabache noto su presencia por lo que se limitó a sonreír amable.

— Hola, cariño. —lo saluda dulcemente mientras se acerca a el para darle un pequeño beso en sus labios.

𝐋𝐢𝐞.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora