Live for me [+18 Hiori Yo x female reader]

Capítulo 1

"Lo confieso: en verdad, te hamé. Así, con "h", porque fue un error."

Estaba muy emocionada. No, "muy", era quedarse corta.

Mi novio, Karasu Tabito, con quien llevaba un año completo de relación, me había invitado a nuestra primera cita. Sí, nuestra primera cita. No habíamos tenido ninguna antes ya que mis padres eran excesivamente estrictos, y apenas podía salir de casa, por lo que nuestra relación la llevábamos como podíamos en la academia y alguna vez que lograba quedar con él.

Mis padres no sabían que yo tenía novio ―y si llegasen a descubrirlo me asesinarían―, por lo que cada vez que quedábamos, era bajo el pretexto de que en verdad la salida era con una amiga mía.

La cuestión: caminaba, casi flotaba, por las calles de Kyoto, en dirección al café en el que había quedado con mi novio. Y, una vez lo hube encontrado, ahí, sentado en una mesa recostando su mejilla en su mano, no pude evitar soltar un suspiro de amor. Me encantaba, estaba enamorada de su personalidad excéntrica y de cada milímetro de él.

― Tabito― Lo saludé sentándome frente a él, para después dedicarle la más radiante de mis sonrisas―, hola.

Él me sonrió nerviosamente, y en seguida supe que algo estaba mal.

Y, en efecto, mi presentimiento no iba desencaminado cuando él separó sus aterciopelados labios, esos que tantas veces atrás me habían besado con amor, malicia o libido, para así decir lo último que esperaba que diría.

― Hemos terminado.

Una expresión de desconcierto se adueñó de mi rostro. En un inicio pensé que aquello debía de ser una broma pesada, pero aquel pensamiento se esfumó en cuanto me percaté de su expresión completamente seria y sincera.

― ¿Por qué...?― Fue lo único que pude balbucear, aún demasiado sorprendida como para comenzar a sentir algún sentimiento negativo.

― Estoy enamorado de otra chica― Confesó sin apartar su mirada de la mía.

Abrí y cerré la boca repetidas veces como un pez fuera del agua. Finalmente, mi cerebro fue capaz de procesar mínimamente la información que acababa de recibir, y, al fin, comprendí que aquello era el punto y final de mi primer amor.

― Hemos quedado en un lugar público para que no pueda golpearte, ¿verdad?― Fue lo único que pude decir, mientras sentía como las lágrimas comenzaban a acumularse.

El contrario únicamente asintió con cautela, esperando mi reacción. Abruptamente, me paré de mi silla y recogí mis cosas tras murmurar un indignado "muy bien'', para luego abandonar el local con un nudo formándose en mi garganta. No quería llorar. No ahí. Pero si regresaba más pronto a casa y con el rostro enrojecido, mis padres se percatarían de lo que estaba ocurriendo. Así que no tenía otra opción más que quedarme en la calle al menos un par de horas más.