Capítulo 4

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"Nos volvemos adictos a la personas que nos hacen sentir bien."

Desde que Aeris se había cambiado de región, los niños que me molestaban antes de que ella llegase me habían comenzado a molestar de nuevo

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Desde que Aeris se había cambiado de región, los niños que me molestaban antes de que ella llegase me habían comenzado a molestar de nuevo. Sí, antes de que Aeris se convirtiese en mi mejor a miga, me hacían bullying, pero esto había acabado cuando mi mejor amiga se convirtió en la chica más popular de la escuela, y por norma meterse conmigo se había convertido en lo peor que podías hacer si querías tener una oportunidad con ella. Pero como ahora ya no estaba, nada impedía a los chicos y chicas golpearme o insultarme, ya que mi propia autodefensa no servía de nada si me enfrentaba a cinco chicos más grandes que yo a la vez.

Dejando esto de lado, cuando me desperté esa mañana entre los brazos del chico gamer de grandes orbes azulados, con el rostro en su pecho y embriagada por su olor viril, pensé que me había muerto y que me encontraba en el cielo. Pero no. Hiori se asustó tanto como yo al percatarse de nuestra demasiado íntima posición y se disculpó, para después ayudarme a salir de su casa sin ser vista por sus padres para ir juntos a clases. Él me había comentado que no se llevaba muy bien con la gente, y por las cosas que me dijo deducí que no estaba muy dado a abrirse a las personas, por lo que me sentí terriblemente agradecida por ser yo a quien le estuviera contando sus problemas y a quien se los estuviera confiando.

En tan pocos días habíamos desarrollado una relación muy fuerte.

Nos despedimos cuando él me dejó en mi aula y se dispuso a ir a la suya. En el recreo nos juntamos así, como quién no quiere la cosa, y disfrutamos uno de la compañía del otro. Y cuando llegó la hora de volver a casa, nos acompañamos hasta que nuestros caminos se separaron.

Una vez a solas, mi mente divagó por mis recuerdos: por los recientes insultos y blasfemias de los compañeros de mi curso, por el recuerdo de Aeris, por Tabito... Maldito Tabito, Hiori es un millar de veces mejor que él.

Llegué frente a mi casa y saqué las llaves para abrir la puerta y meterme en la vivienda, y, una vez hube puesto un pie en ella, apareció mi madre frente a mí y lo primero que hizo al verme fue darme una fuerte cachetada que me giró el rostro. Sabía que me la merecía por no haber aparecido por casa durante un día entero, por ello no puse resistencia.

― ¿¡Dónde estabas, TN TA!?― Gritó ella con lágrimas en los ojos.

Sin darme tiempo a responder, se lanzó a mis brazos y me abrazó con fuerza mientras sollozaba.

― Pensábamos que te había pasado cualquier cosa... Mi niña...

Justo cuando iba a corresponder el abrazo, mi padre apareció en mi campo visual. Y me congelé. Me congelé porque sabía lo que iba a pasar; su expresión me lo chivaba.

Mi progenitor me arrancó del abrazo de mi madre y, jalándome del brazo, me llevó de forma brusca al salón. Mi madre sollozaba y le suplicaba a mi padre que parase, mas él no frenó en ningún momento.

Live for me [+18 Hiori Yo x female reader]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora