Capítulo 16

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"El tiempo es lento para los que esperan.

Muy rápido para los que temen.

Muy largo para los que sufren.

Muy corto para los que disfrutan.

Y, para los que aman, el tiempo es eterno."

Después de ducharme y de despedirme de Hiori a besos, regresé a casa

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Después de ducharme y de despedirme de Hiori a besos, regresé a casa. Mis padres no debían estar en ella a esas horas por trabajo, pero, entonces.... ¿Qué hacían ahí, sin embargo?

Al abrir la puerta, aún sin haber soltado el pomo de esta, una sensación horrible se adueñó de la boca de mi estómago cuando mis ojos se toparon con los de mi padre. Él me miraba severamente, con los brazos cruzados y la mandíbula apretada, su barbilla hacia arriba. Tragué duro y me preparé para lo que se venía.

Finalmente, abrió la boca para hablar.

― Tu directora me ha llamado― Dijo con su voz firme y autoritaria.

Ya está. Mis piernas comenzaron a temblar. Sí, era perfectamente consciente de que eso iba a pasar tarde o temprano debido a mis actos... Pero no esperaba que fuera a ser tan temprano. Mi vista se topó entonces con la pequeña silueta de mi madre, que transmitía decepción, profunda decepción hacia mí.

― ¿Sí?― Pedí que continuará con un susurro quebrado.

― Os han expulsado a tí, y a quien quiera que fuera el otro― Continuó.

El mundo se me vino abajo. Lo cierto es que a mí me expulsaran me daba igual, pero que expulsaran a Hiori... a mi niño... Eso no me lo iba a perdonar; fue por mi culpa.

― Ya veo― Musité bajando la mirada. ¿Ahora que harán conmigo?

― Por suerte, hemos podido encontrar un internado de monjas que ha aceptado matricularte a estas alturas el curso. Comenzarás mañana mismo, así que ves preparando las maletas.

Levanté la mirada.

― ¿¡Mañana!? Pero... ¿no es muy pronto...?

― ¡Silencio! ¡No tienes derecho a protestar, y aún más sabiendo que desde ayer por la mañana no vienes a casa!― Vociferó papá. Estaba furioso, sus ojos destilaban odio.

Me encogí en mi sitio. Me lo había ganado, todo por querer pasar tiempo con Hiori.

Hiori...

― Cariño― Lo alertó mamá con cuidado, y papá se relajó levemente.

― Sube ahora mismo a tu cuarto a hacer las maletas, y espero no verte por el resto del día. Me arrepiento de haber criado a una puta como tú― Dicho esto, mi progenitor dio media vuelta y se marchó hacia el pequeño salón de la casa. Mi madre solo lo siguió sin regalarme ninguna mirada llena de tristeza más.

Una puta.

Sus palabras resonaron en mi cabeza una y otra vez amartillandome los oídos a cada segundo.

Subí las escaleras de la casa hacia el piso superior guiándome por la barandilla de madera.

Una puta.

Abrí la puerta de mi habitación y la cerré tras de mí.

Una puta.

Mis ojos delinearon el escritorio color canela que se encontraba en una esquina de mi habitación, hasta parar en el suave osito de peluche rosa que me había regalado mi padre años atrás, alegando que estaba orgulloso de mí.

¿Orgulloso de qué?

¿De haber criado a una puta?

La ventana de la habitación tenía las cortinas echadas. Me acerqué a ella a pasos temblorosos, golpeándome sin querer en el hombro con la esquina del armario que estaba a un lado de la puerta.

Una puta.

Llegué a la ventana. Me recosté en la pared a un lado de ella y deslicé un poco la cortina a un lado, mi vista se posó en el viejo árbol de la calle de enfrente.

¿En qué momento papá dejó de estar orgulloso de mí?

No me acordaba.

Mi mente divagó en recuerdos antiguos hasta recordar el pequeño rostro mofletoso de Aeris... La echaba de menos, ¿cómo estaría ella?

Sentí la sensación desagradable de estar pensando por mucho rato y no acabar concluyendo nada. Únicamente mi cabeza se hizo un lío más grande del que ya había.

Suspiré. No sabía cuándo fue que empezó todo esto, ni me podía hacer la idea... ¿Quizá fue cuando empezé el instituto? Podía ser... creo que entonces papá comenzó a golpearme con el cinturón por cada pequeña cosa que hacía mal... Mamá solo miraba, no hacía nada.

Solo mirar.

Yo siempre intentaba hacerlo todo bien para él, pero ahora resultaba que no era suficiente.

Porque ha criado a una puta.

Por acostarme con el chico que amo soy una puta. Entiendo.

Me alejé de la ventana y me acerqué a mi pequeña cama hasta tirarme sobre ella. Hundí mi rostro en las almohadas y dejé que unas pequeñas lágrimas se escapasen de su lugar.

Ya no podía más. Si irme al internado significaba no ver a mis padres en mucho tiempo, lo aceptaría. Aunque eso fuera equivalente a no ver a Hiori.

Hiori...

Sin quererlo, me dormí hablándome de él, imaginandolo como mi salvador....

Porque él era mi salvador.

Esperaría para volver a verle todo el tiempo que hiciera falta. Pero, ¿él esperaría para mí?





















 Pero, ¿él esperaría para mí?

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🍑🐦🍑

Holaaa! AMO está historia jeje 💛

No me maten por hacer esto porfi 🥺

En fin, espero que vosotrxs estéis amando está historia también, cuidaos mucho 🐥

Espero que podamos leernos la semana que viene, se os ama, besitos en vuestros preciosísimos potos 😘

Live for me [+18 Hiori Yo x female reader]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora