Segundo asalto

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Capítulo Cuarto

Disclaimer: Los personajes de Love Live no me pertenecen, son propiedad de Sakurako Kimino, los personajes restantes son OCs totalmente míos, todos los derechos de los mismos están reservados.

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Peligro de Extinción

Fercha MX

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37. "Segundo asalto"

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~Sarah Kazuno~

Luego de más de un mes escondidos, esperando la recuperación médica y psicológica de nuestros compañeros, la gran mayoría se encuentra en condiciones óptimas para seguir avanzando, y teniendo en cuenta que ahora contamos con el apoyo de cuatro cyborgs militares podemos seguir avanzando sin problema alguno, pues los adultos tomarán la posición de apoyo a los cyborgs y las demás seremos el segundo apoyo. Y entre otras cosas, estoy muy emocionada, porque estamos a tan sólo seis días de llegar a la frontera con el Reino Beigher Wild, estamos a nada de lograr el objetivo de esta rebelión, de esta resistencia.

Mientras todos preparamos las mochilas, los víveres, los alimentos y las armas, así como los ocultadores y demás, observo a Hina jugando con Kotori y Hanayo, quienes, a su vez, bromean con Souma e incluso Hibari. La situación entre las hermanas Minami parece haberse calmado desde hace algunos días, algo positivo, pues así podremos tener un avance más significativo al no haber rupturas en nuestras relaciones. Inclusive Leah se ha calmado un poco con Ruby, un cambio que no creímos posible hasta hace relativamente poco.

—Estamos por llegar al Reino Beigher Wild —comento con alegría a Kanan, quien guarda algunas cosas en total silencio—. ¿No estás emocionada?

—Sí lo estoy —admite sin mucho ánimo—. Mis padres estarían orgullosos de esto.

Sin saber qué decir al respecto, me mantengo en silencio, pues no puedo comprender el dolor que siente mi amiga pese a querer hacerlo, ya que no he perdido a ninguno de mis familiares. A veces me pregunto por qué ocurre lo que ocurre e intento comprenderlo, pero no lo logro y finalmente me enfoco en vivir el momento. A veces me pierdo pensando en el pasado, a veces me estreso pensando en el futuro, pero a veces vivo el presente como lo que es, un regalo. Hoy estoy viviendo mi presente, pensando un poco en el futuro, en lo que pasará cuando lleguemos al Reino Beigher Wild, pero sé que debo enfocarme en el hoy.

Termino de echar todas mis cosas en mi mochila de equipaje y me siento tranquilamente a observar el paisaje de fuera de la cueva, notando que hace un día hermoso y algunos animales pasean sin reparo alguno por todas partes, haciendo su vida tranquila y libremente, justo como nosotros quisiéramos hacerlo, mas no podemos. Cierro los ojos por unos segundos, respirando el aire profundamente, llenando con oxígeno mis pulmones, pensando en todo lo que ha pasado hasta ahora, y suelto completamente relajada, sabiendo que todo terminará por fin. Vuelvo a inspirar aire, inflando mi pecho al acto, recordando cuando todos salimos del reino y no sabíamos si el escape funcionaría o no y expulso segura de que funcionará. Por tercera vez respiro profundamente, pensando esta vez en todos los camaradas caídos, en sus tumbas, y expulso a sabiendas de que sus muertes no han sido en vano. Y al abrir los ojos soy capaz de percibir la grandeza del mundo que nos rodea por primera vez en toda mi vida, mirando con detenimiento las verdes hojas de los árboles, la gran altura de cada uno de los árboles, los arbustos hermosamente colocados uno junto al otro, las flores. Por primera vez escucho el sonido del aire soplando por doquier, las aves cantando, los murmullos de mis compañeros y finalmente mi momento de paz interior se ve irrumpido por una mano que es colocada bruscamente sobre mi hombro.

—Es hora de irnos, Sarah —dice papá algo ansioso, lo noto en sus ojos rosas. Pero no es el tipo de ansiedad que te hace preocuparte por el otro, sino el tipo de ansiedad contagiosa que te hace querer seguirle porque quieres descubrir qué es lo que lo tiene así—. Estamos a seis días, hija.

—Lo sé, papá —respondo con completa calma, sujetando una de las agarraderas de mi mochila—. Seis días.

—Seis días —repite él, como si no fuera capaz de darle crédito a esta nueva información.

Y volviendo la vista hacia atrás me doy cuenta que la mayoría se encuentra en el mismo estado incontenible que mi padre, ansiosos por algún motivo inexplicable, como en una pequeña histeria colectiva. Me acerco a los nuevos líderes, la tía Shinobu, papá y el tío Daiki, y empezamos a realizar la nueva formación; en el centro se colocan Ruby, Riko, You, Hanamaru, Leah, Kanan, Kotori, Hanayo, Hina la tía Shinobu, el tío Masashi y la tÍa Majime, en seguida vamos Dia, Yoshiko, Chika y yo de cada lado, posteriormente, delante de nosotras van el tío Daiki, la señora Kichi, papá y mamá, y finalmente, delante de todos, van la reina, Souma, Hibari y la señora Madoka.

Avanzamos a paso veloz durante varias horas, maravillándome con la naturaleza tan espléndida que nos rodea, observando de vez en cuando a You, Hanamaru y Kanan por el rabillo de mis ojos, notando que las tres avanzan con los ojos desorbitados, como si no estuvieran aquí pese a estar aquí, como si estuvieran ausentes. Ya no escucho bromas por la ausencia de Mari y Tsuki, ya no hay peleas por la ausencia de Mito, no hay datos curiosos por la ausencia del señor Kenji, ya no hay cuentos históricos sobre nada por la ausencia del señor Yasahiro. Todos ellos se fueron con todo lo que los representaba y ahora el grupo se siente como un cuerpo sin alma. La reina intenta sacar conversación con los demás, pero nadie se presta para hablar, y no porque no quieran, sino porque no da para más la situación, no da para algo mejor. Estamos sumidos en un silencio lúgubre que nos carcome lentamente, acabando con el espíritu que nos queda, como si ahora más que cuando estuvimos ocultos en aquella cueva sintiéramos y fuéramos conscientes de que se han ido y no volverán, como si ahora más que antes comprendiéramos que ya no están más. Y cielos, ¡duele! Porque con un demonio, eran nuestros amigos, eran nuestro círculo más íntimo.

Miro con mi vista periférica a la pequeña Hina siendo cargada por la oficial Hibari, pues ya no soporta el cansancio de tanto andar, y pienso en lo frágil que es y la gran responsabilidad que tienen tanto Kotori como Hibari.

Dos días andando, cuatro días para llegar al Reino Beigher Wild, cada día que pasa estamos más ansiosos por lo que sucederá, deseosos de llegar a la tierra prometida. Y sabemos que no serán fáciles los primeros instantes en el Reino Beigher Wild, porque sabemos que es un reino donde el más fuerte sobrevive, siendo nosotros frágiles como seres humanos, porque no tenemos garras con qué defendernos, colmillos con qué desgarrar o grandes tamaños con los cuales ahuyentar a otros seres vivos como ellos sí. Nos costará trabajo indudablemente, tendremos que dar información del Reino Humano si queremos ser aceptados momentáneamente por los lugareños y por los gobernantes, pero estamos dispuestos a todo por sobrevivir un tiempo allí y posteriormente, dentro de uno o dos meses, migrar al Reino Warrgic, la verdadera tierra prometida, donde todo es mucho más seguro, fácil y justo. Pero queda hasta América, y nosotros estamos en Europa, por ello necesitamos hacer "escala" en el Reino Beigher Wild y llegar hasta la capital, España. Es algo muy tedioso, pero esperamos que todo salga bien y podamos lograrlo en algún momento, y por como van las cosas, puede que sí lo logremos.

Puede que sí lo logremos...

Cuatro días caminando, dos días para llegar al Reino Beigher Wild, estamos más para allá que para acá, estamos muy contentos, los ánimos se han subido en todos los miembros del grupo por tan hermosa noticia. Comienzo a imaginar cómo será nuestra vida dentro de poco, viviendo dignamente, en paz, con libertad.

Y cuando parece que estoy soñando más que nunca mientras estoy despierta veo a mi padre caer desplomado frente a mis ojos. La sonrisa que llevaba por estar a dos días de llegar al Reino Beigher Wild lentamente se desvanece al tiempo que escucho a mi hermana gritar desesperada a mi padre y a mi madre gritar dos veces el nombre del mismo. Un escudo de energía es lanzado por el señor Masashi y tanto la reina como Hibari, Souma, la señora Madoka, mamá, la señora Kichi, el tío Daiki, Yoshiko, Dia y Chika abren fuego,, y por inercia yo también comienzo a disparar fuera de mí misma.

Podía que sí lo lográramos.

Peligro de ExtinciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora