Ceremonia de reconocimiento

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Capítulo Sexto

Disclaimer: Los personajes de Love Live no me pertenecen, son propiedad de Sakurako Kimino, los personajes restantes son OCs totalmente míos, todos los derechos de los mismos están reservados.

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Peligro de Extinción

Fercha MX

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58. "Ceremonia de reconocimiento"

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~You Watanabe~

Sucios, cubiertos de heridas, con el ánimo destruido y sin poder creerlo, fuimos recibidos por un camino de militares del Ejército Real y las Fuerzas de Autodefensa al tiempo que decenas de humanos nos arrojaron rosas. Se sintió tan... surreal... tan extraño... Me sentí ajena a la situación, como si no fuera yo. Y cuando caí en cuenta que a quienes vitoreaban eran a nosotros... sentí más que nunca la ausencia de todos los que perdí.

Entramos al Palacio Real siendo escoltados por los militares que traicionaron a los reyes y guiados por la princesa, y por primera vez puedo sentir que confío —aunque sea un poco— en la princesa Tojo.

—Bienvenidos supervivientes —dice la princesa, guiándonos a lo que parece ser un salón de dimensiones colosales—. Bienvenidos, miembros del Fuerte Unido —añade, observando a las militares que nos ayudaron en la última batalla—. Bienvenida, alteza —agrega con una reverencia y, por primera vez, me parece tan imponente A, que se limita a observar el interior del palacio con una mirada enigmática.

—Este lugar no ha cambiado demasiado —asegura A, recorriendo cada rincón del lugar con la mirada, hasta detenerse en los retratos pintados a mano de la familia Tojo—. Claramente no esperaba que Masayoshi y Dai tuvieran buen gusto para escoger pinturas, pero esto es pasarse. Sin ofender, Nozomi.

—No me ofendo —dice la princesa con una mueca graciosa en los labios y escucho una risa aguda provenir de la sargento Yazawa—. ¿Echaba de menos este lugar, alteza?

—Bastante —admite A, acariciando con suavidad el trono de la realeza—. Mis padres jugaban conmigo aquí cuando tenía ocho años y yo jugaba con sus coronas. Mi pequeño cuerpecito cabía perfectamente en la corona de mi padre, así que alguna vez jugué al hula hula con ella —una risa—. Los extraño.

—¿Qué pasará con nosotros? —pregunta Leah con una expresión malhumorada en el rostro, con una agresividad mucho mayor a la que recuerdo que haya tenido alguna vez—. ¿Nos botarán a la mierda de aquí y volveremos al mismo infierno en los cultivos, muelles, cocinas y centrales nucleares?

—Yo pensaba enviarlas al calabozo por traicionar al reino, pero lo que tú propones suena más lógico —responde la princesa con una leve sonrisa en el rostro, ocasionando la irritación de Leah, quien está por abalanzarse sobre ella, pero la princesa ríe ligeramente y añade—: se les proporcionará una casa de tres pisos, tres baños, nueve habitaciones, sala, cocina y comedor completamente equipados con todo lo necesario para vivir. Es lo menos que puedo hacer por ustedes después de todo lo que mis padres les hicieron pasar. Espero que lo puedan aceptar.

Sin verlo venir, Leah se acerca peligrosamente a la princesa y la jala del cuello de su ropa, haciendo que —por la diferencia de estaturas— ésta se incline un poco hacia ella.

—¿Crees que eso compensará todo lo que pasamos allá afuera? ¿Crees que eso compensará todo lo que perdimos en esa estúpida batalla con tus padres? —cuestiona al límite de la ira, a punto de golpearla, pero Kanan se adelanta a ella y la obliga a retroceder—. Toda tu maldita familia me da asco, y no por darnos una casa ahora te lo perdonaré. Jamás perdonaré lo que nos hicieron pasar, Tojo. ¿O es que acaso tú pretendes devolverme a mis padres? ¡¿Tú pretendes devolverme a mi hermana mayor?!

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