Peligro de Extinción

Dolor encadenado

Capítulo Cuarto

Disclaimer: Los personajes de Love Live no me pertenecen, son propiedad de Sakurako Kimino, los personajes restantes son OCs totalmente míos, todos los derechos de los mismos están reservados.

[...]

Peligro de Extinción

Fercha MX

[...]

43. "Dolor encadenado"

[...]

~You Watanabe~

Tres días atrás murieron la teniente Koizumi, el señor Takeshi y la señora Suki, los ánimos del grupo, si es posible, han decaído aún más que antes; Sarah no ha querido hablar con nadie, Leah ha estado mucho más irritable de lo habitual y se desquita con quien se atraviese en su camino, Souma y Hanayo se mantienen al margen de la situación, no hablan con casi nadie y parecen decaídos, Hibari y Kotori se notan entristecidas, y Hina no entiende por completo lo que ocurrió.

—¿Cómo te encuentras? —pregunta Kanan sentándose a mi lado frente al lago Aydar Ko'l, el cual se encuentra casi congelado por las bajas temperaturas.

—¿Cómo estás tú? Sé que estimabas mucho a los Kazuno —devuelvo la pregunta con una sonrisa forzada.

—Ya más resignada, ja ja —bromea de buena gana—. Aunque me preocupan Sarah y Leah. Sabes lo raro que es que Sarah no hable con nadie, pero me parece comprensible después de lo que ocurrió, no la culpo. A la que me cuesta un poco más de trabajo sobrellevar es a Leah, ha estado muy... ¿cómo decirlo? Muy problemática. Sé que le duele lo que ocurrió, pero nosotros no tenemos la culpa, después de todo pude ser yo, o pudiste haber sido tú, o cualquier otro miembro del grupo. Lo importante es que estamos aquí para apoyarlas, pero ella no parece ver eso.

—Tú sabes cómo es Leah —digo sin pensar, apoyando mi barbilla sobre mis rodillas y mirando el lago—. En todo caso... ya se recuperará.

—Sí...

Permanecemos en silencio durante extenuantes minutos, no decimos nada, únicamente nos quedamos mirando el lago, como si éste nos fuera a dar la respuesta a todos nuestros problemas.

—¿Aún quieres vivir, You? —pregunta Kanan de repente, ganándose una mirada curiosa de mi parte.

—¿A qué viene esa pregunta?

—Lo que pasó hace días en aquella cueva. Me dejó pensando.

—¿En qué?

—Ya sabes... en si quieres seguir viviendo o no.

Me encojo de hombros y sumerjo mi rostro entre mis piernas. Un hueco se siente en mi pecho e inevitablemente mi mirada se pierde entre la nieve que yace bajo mis pies.

—Eso no tiene importancia —respondo al fin, levantándome del piso y sonriéndole ampliamente—. Vamos a animar a Sarah, ella lo haría si nosotras estuviéramos en su lugar.

No puedo negarlo, la idea de vivir no me parece muy atractiva, nada me asegura que lograremos llegar al Reino Beigher Wild y después pasaremos al Reino Warrgic. Siendo completamente realista, existen pocas posibilidades de que una vez llegados al Reino Beigher Wild logremos sobrevivir a todo lo que se encuentra dentro del mismo. Sabemos que hay beigher wilds peligrosos con habilidades aterradoras, ni siquiera los miembros del Ejército Real pueden contra ellos en un unos contra uno, y eso que han tenido un entrenamiento intenso, y no sólo eso, sino que también tienen las mejores armas y la última tecnología en sus manos, y aún así les cuesta trabajo enfrentarse a uno de ellos. ¿Qué oportunidad podríamos tener nosotros? Somos humanos, armados, pero humanos al final del día, y además llevamos con nosotros a una niña pequeña que no haría más que retrasarnos. Sí, contamos con el apoyo de tres traidores militares y dos traidoras ingenieras, pero ellos no podrán protegernos a todos, tarde o temprano caeremos y sólo uno o dos sobrevivirán. ¿Cuántos empezamos este loco plan de escapar? ¿Treinta y cuatro? ¿Y cuántos quedamos ahora? Sin contar a los cyborgs, quince. [...] Somos menos de la mitad. ¿Y qué nos asegura que no habrán más bajas? ¿Qué nos asegura que esos quince miembros originales que quedamos lograremos sobrevivir? Entre más lo pienso, más me frustro. Y entre más me frustro, menos ganas tengo de seguir con todo esto.