Prologo: Profana tumbas

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Era una noche oscura y lluviosa, un hombre misterioso encapuchado vagaba por un cementerio en media noche.

Debido a la oscuridad del cielo nocturno no se podía distinguir la identidad del misterioso hombre. Sin embargo, no iba solo; de tras de él había un ser humanoide, de cuerpo robusto, gran tamaño, con unas prominentes mandíbulas y piel verdosa, tenía igualmente una capucha que le cubría la cabeza, y en su espalda tenía una pala.

-¿Dime de nuevo por qué hacemos esto?-. Se quejó el ser robusto-, son como las 4 de la mañana y está lloviendo a cántaros, no creo que sea un buen momento para saquear una tumba.

-Paciencia, amigo-. Respondió el misterioso hombre con frialdad-, la tumba que buscamos no es de un difunto cualquiera, es alguien cuyo poder logró cambiar el universo -. Se detuvo por unos momentos -, a un alto precio.

-Espera, jefe -. Finalmente entendió el ser más grande-, te refieres a...-. En eso se da cuenta del porqué su compañero se paró en seco.

Delante de los dos saqueadores, había una estatua de un hombre de alrededor de unos cuarenta años, tenía un cuerpo en forma para su edad, una barba y bigote que le cubría parte de la cara, y en su muñeca tenía una especie de reloj de alta tecnología. Debajo del monumento había una inscripción que decía: "Ben Tennyson, héroe y salvador del universo".

-Ben 10,000 -. Termino la oración de su amigo.

Luego de ver el premio gordo, el monstruo se le elevó el ánimo, al fin, un buen incentivo para vagar por un cementerio frío en plena lluvia.

-Oh, si-. Reacciono la bestia de la pala al ver la tumba del héroe legendario -, tenemos una mina de oro jefe, seremos asquerosamente ricos.

-Cálmate -. Levanto la mano el hombre-. Piensa en grande, no es dinero lo que buscamos, sino algo mejor -. Bajo de nuevo el brazo para ver la inscripción-, el Omnitrix para ser más exactos...-. Miró a su compañero con firmeza-, comienza a cavar-. Ordenó.

Dicho y hecho, el monstruo tomó la pala de su espalda y comenzó a excavar, mientras movía la tierra, el ser oscuro solo sonrió. Había esperado mucho tiempo para esto, al fin, detrás de ese montón de tierra y dentro de ese ataúd encontraría el aparato más poderoso de la galaxia, tan solo unos metros bajo tierra y lo tendría en sus manos.

Tan pronto como la pala rozo la roca, el ser enorme con sus manos movió lo que quedaba de tierra, abriéndole el paso a su compañero. El ser oscuro descendió al ataúd, aparentemente poco le importaba profanar una tumba para conseguir lo que quiere, aun si se trata de una leyenda.

Sin embargo, tan pronto como abrió la tapa, su alegría se esfumo como niebla:

Lo único que encontró en esa tumba era un esqueleto con la ropa del héroe,  no había ni rastro del aparato. 

-No, imposible, -. El ser busco en todos lados lleno de desesperación- no, no, no, no. 

Tanto tiempo buscando, tantos esfuerzos y cabezas cortadas para hallar el paradero del cuerpo de Ben Tennyson, solo para encontrar una pila de huesos. Era evidente que no eran tan tontos para dejar el artefacto al alcance de cualquiera.

El ser siniestro soltó un grito de furia que resonó por todo el cementerio. 


Heir 4: Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora